Donde dije 'digo', digo 'Diego'. El colegiado responsable de la última edición de El Gran Derbi, que terminó en tablas (1-1) en el Benito Villamarín el pasado 28 de abril, ha dirigido este viernes el encuentro de la antepenúltima jornada de la Saudí Pro League en el que el líder y ya campeón Al-Hilal visitaba al segundo, el Al-Nassr de Cristiano Ronaldo. Y Sánchez Martínez, en una acción idéntica a la que protagonizaron el sevillista Loïc Badé y el bético Isco Alarcón, sí ha decretado esta vez penalti, permitiendo de forma polémica en el minuto 100 que Mitrovic igualara para los visitantes, que permanecen invictos. Si hace tres semanas aceptó la recomendación de su colega de la sala VOR Ortiz Arias para retractarse y anular la segunda pena máxima que había señalado en el terreno de juego, desde una posición cercana, por un manotazo del francés sobre la cara del costasoleño, ahora entiende que la jugada entre Sadio Madé y Saud Abdulhamid merecía castigo.
El murciano se ha tomado su tiempo, extendiendo la consulta al monitor del VAR hasta el minuto 97, entre otras cosas porque, aparentemente, el delantero ex del Liverpool protege la pelota ante el lateral de 24 años e impacta contra su rostro, aunque en los límites del área, con la posibilidad de que, de existir falta, ésta se produjese fuera y, por ende, no significara una pena máxima. A pesar de no contar a orillas del Golfo Pérsico con varias repeticiones, sino, sobre todo, con una cámara desde detrás de la portería y un zoom mayúsculo que tampoco desvelaba con claridad lo que ocurría en realidad en la pugna entre el atacante senegalés y el defensor internacional saudí, señaló los once metros, mandándola a la escuadra contraria a donde se lanzó el colombiano David Ospina el artillero serbio, que anulaba la ventaja adquirida por los auriazules en el primer minuto de juego, cuando Otávio remataba a la red a pase de CR7.
Queda una vez más, por tanto, en entredicho el criterio que aplican los colegiados según qué encuentros dirijan y en qué escenarios lo hagan, pues, en estos dos casos tan recientes, la tecnología es prácticamente la misma. En el derbi, Sánchez Martínez consideró a posteriori, quién sabe si arrepentido de pitar un segundo penalti a favor del Real Betis, que el contacto entre Badé e Isco no era "suficiente" ni "en ningún caso temerario", mientras que, pese a que este 17 de mayo nadie tiene controlado el balón y Mané posa la mano en el hombro del Abdulhamid, tocando levemente en todo caso (repetimos: posiblemente fuera del área) la cara del rival, la decisión fue exactamente la opuesta.