Cuando en la rueda de prensa previa a la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey Xavi Hernández avisaba y reconocía que el Real Madrid "era el favorito" por su historia y por ser el último campeón de Europa, todos pensaban que iba de víctima y que era falsa modestia. Sobre todo, porque los últimos tres 'Clásicos' los había ganado el Barcelona.
Sin embargo, al final, se ha cumplido la profecía del técnico catalán y el conjunto blanco se ha clasificado para la final que se disputará en Sevilla. Y, tras finalizar el partido y ante los medios de comunicación de TVE, se pudo ver a un Xavi triste e incluso con miedo por lo que pueda pasar de aquí a junio.
En primer lugar, subrayó que "ha sido una noche difícil de digerir, pero no la noche más dura". Y el mensaje que quizás más llamó la atención fue el que le mandó a su vestuario para las próximas semanas: "Hay que seguir, nos queda otro objetivo que es la Liga y hay que ganarla como sea. En los momentos difícil es cuando se ve la unidad de un grupo y tenemos que demostrarlo".
Respecto al partido y al trabajo de sus hombres, el de Terrasa fue claro y contundente, reconociendo la superioridad de su rival en el segundo acto: "Estoy orgulloso de la primera parte que hemos hecho, pero en la segunda no hemos sabido competir y eso nos ha penalizado muchísimo". En este sentido, el preparador azulgrana se atrevió a señalar cuál fue el principal error que determinó la balanza del lado madridista: "Sabíamos que el Madrid es muy rápido a la contra y no hemos sabido parar sus transiciones. El 0-2 nos ha matado".
Por otro lado y en cuanto a su actuación en la banda, donde se le ha visto más enérgico que nunca, el técnico culé ha sido sincero: "Yo compito en la banda también e intento transmitirle la pasión a mis jugadores".
Por último y cuestionado sobre si han sido determinantes las bajas de Pedri o Dembélé, Xavi ha preferido no hablar de ellos, porque "sonaría a excusa quejarme de las ausencias y prefiero quedarme la primera parte que hemos hecho".