El Fútbol Club Barcelona busca de manera desesperada ingresos para acometer fichajes. A lo largo del verano, el cuadro catalán ha incorporado a Kessié, Christensen, Lewandowski, Raphinha, Jules Koundé y el próximo podría ser Marcos Alonso. Bajo una grave crisis financiera, el cuadro culé ha tirado de argucias y ha puesto de su propio bolsillo 150 millones de euros para hinchar el precio de la venta de las dos primeras palancas, que valieron para incorporar a los primeros jugadores en este mercado.
El Barça dice haber vendido el 25% de los derechos televisivos a Sixth Street a cambio de 667 millones de euros, cuando la entidad realmente solo ha recibido 517 millones. Los otros 150 millones han salido han salido de las arcas del propio club.
Uno de los términos más empleados durante el verano en el mundo del fútbol es el ‘Fair Play’. Según la Cadena Cope, lo que consumen aproximadamente de salario y amortización los fichajes del Barcelona asciende a 80 millones de euros: Lewandowski 33 millones, Raphinha 23 millones y Koundé 22 millones de euros. El citado medio señala que la diferencia entre contar o no con esos 150 millones de euros, el equipo culé no tendría que haber activado las otras dos palancas y vender el 49% de Barça Studios por 200 millones de euros.
Sixth Street entra en escena y junto al Fútbol Club Barcelona se crea la sociedad filial llamada LOGKSLEY INVESTMENTS SL. De la cual ambos tienen el 50%. Sixth Street compra los derechos televisivos del Barça para los próximos 25 años a cambio de 517 millones de euros, pero la entidad culé pone 150 millones de su propio bolsillo para comprar los derechos a partir del año 2048 (desde la anualidad número 26) en adelante.
El FC Barcelona recibe en total 667 millones de euros por parte de LOGKSLEY INVESTMENTS por el 25% de los derechos, pero realmente solo recibe 517 millones porque los otros 150 millones de euros salieron del propio club.
La operación fue aceptada por la empresa de autoría del Barça, Grant Thornton, que le obligó a que tuviera los derechos televisivos de por vida.
En un primer lugar, el Fútbol Club Barcelona quería que LaLiga le aceptara los ingresos de 667 millones de euros a efectos del Fair Play financiero, aunque el organismo le respondió negativamente ya que realmente solo recibía 517 millones de euros. Esta negativa por parte de LaLiga obliga a los culés a vender por 200 millones de euros el 49% de Barça Studios.
Por otro lado, el cuadro catalán quería que esos 150 millones se le computaran como ingresos extras para las dos próximas temporadas.