Ansu Fati está siendo uno de los protagonistas de la presente temporada. El joven atacante del Fútbol Club Barcelona apuntaba a ser uno de los grandes animadores de esta campaña de LaLiga, pero por el momento es una de las últimas opciones ofensivas de su entrenador, Xavi Hernández.
Ya sea porque necesita más tiempo tras estar muchos meses lesionado o porque no acaba de encontrar su juego, la realidad es que Ansu se está pareciendo poco al jugador que deslumbró cuando dio sus primeros pasos como profesional. Aún es muy joven (tiene 20 años), pero un equipo como el Barça no espera a nadie y el discurso ha cambiado de definirlo como intocable a "haremos lo mejor para el club".
Con tal escenario, no han tardado en surgir rumores sobre su posible salida el próximo verano. Los azulgranas necesitan hacer caja y Fati puede ser uno de los caminos más cortos para conseguirlo. Hace poco, coincidiendo con el final del mercado de traspasos de invierno, se filtró que dos grandes clubes de Europa habían rechazado hacerse con sus servicios. ¿Cierra eso la puerta a su adiós? No. Recientemente el presidente del Barcelona, Joan Laporta, admitió que había equipos interesados y que no podía adivinar el futuro. Le han abierto la puerta; otras cosa es que Fati quiera traspasarla.
En el fútbol sabemos que los deseos de los jugadores suelen prevalecer, y con Ansu Fati no apunta a que vaya a ser distinto. Cuestionado por el programa Jugones, el jugador culé confiesa que su mayor deseo no es otro que seguir jugando muchos años en el Barcelona. "Tengo contrato con el Barcelona hasta junio de 2027 y espero estar aquí muchos años", confiesa.
Chocar contra la realidad
A esto se enfrenta Fati. Robert Lewandowski es el delantero centro. Ousmane Dembélé y Raphinha están por delante de él. Y todo eso mientras Xavi ha cambiado su plan de juego para poner solo dos delanteros y cuatro centrocampistas... Ansu lleva la '10' heredada de Leo Messi y eso le señala como su heredero, o al menos como el jugador sobre el que se debe sostener el proyecto del Barça en los próximos años. Estar tanto tiempo en el banquillo poco o nada tiene que ver con ese plan. El ideal del joven delantero está claro, pero la realidad puede golpearle con dureza en cuestión de meses.