Ença Fati (Guinea Bissau, 1993) viene de hacer la mejor temporada de su carrera, ya que, además de asegurar la permanencia del
UD Oliveirense en la LEDMAN LigaPro, la Segunda división de Portugal, ha firmado
unos números de impresión para un extremo, ya que ha anotado
12 goles y ha dado 9 asistencias en los 33 partidos disputados en el campeonato.
Esos guarismos le han llevado a ser uno de los mejores goleadores de un campeonato en el que futbolistas consagrados y con experiencia internacional como
Jorge Pires o Fabricio Simões han liderado la tabla de artilleros, con 16 dianas.
Aunque en su trayectoria cuenta con
experiencia en la máxima categoría lusa (27 partidos repartidos en 4 temporadas, a servicio del Moreirense), destaca su paso por el fútbol regional en España, especialmente por el
CDF Herrera, equipo de la provincia de Sevilla que actualmente disputa la Segunda Andaluza en el Grupo II, y por el
Puente Genil.
El mismo Ença Fati, que seguro que va a ser
un jugador a seguir en el próximo mercado de fichajes, cuenta cómo fue su paso por la provincia de Sevilla: "Nací en Guinea y con dos años mi familia se trasladó a Portugal, pero
con 14 años me vine para España. Mi tío estaba trabajando
en Herrera y me aconsejó que hiciera como mi primo, que probara suerte en el equipo de allí, y la verdad que fue una buena idea".
"Aunque yo era muy pequeño, empecé a entrenar con el equipo sénior y le gusté mucho a los entrenadores. Además de aprender a jugar al fútbol, salí de allí como un hombre. Tanto en Herrera como en Puente Genil, puede decirse que
me hice la persona que soy hoy. Esta es una lección que me he llevado para toda la vida y como no puede ser de otra manera, mis recuerdos son muy buenos, la verdad", explica el extremo.
Fati comenta que estuvo "
en Herrera tres temporadas y otra más en Puente Genil", pero ese último año "seguía viviendo en Herrera,
el mejor pueblo de la zona", dice mientras ríe. "Después viene Puente Genil, claro", apostilla bromeando.
El jugador, con la ilusión de dar un nuevo salto, deja claro que echa de menos todo lo que huela a herrereño. "Me gustaba mucho la cultura de Herrera. Es muy diferente a cómo es en Portugal... Amaba la comida, como la paella o la tortilla, pero sobre todo
me enamoró la gente. Hice grandes amistades que me llevaré para toda la vida", comenta con cierta melancolía un Fati que
ha tomado impulso en Portugal, hasta llegar a ser el jugador codiciado que es hoy día y que muestra su simpatía
con acento sevillano allá adonde va.