Lebrija se vistió de gala para recibir al Antoniano tras la victoria ante el Peñarroya (1-4), la cual supuso la confirmación del ascenso, el título de campeón del Grupo I de la División de Honor y la clasificación para la Copa del Rey.
Los tres autobuses que habían viajado a Peñarroya, entre los que se encontraba un grupo amplio de aficionados, arribó a Lebrija en torno a las 18:30 horas del domingo, lo que dio pie a una larga ruta, en cuyo transcurso se palpó la emoción de la hinchada blanquirroja ante los éxitos conseguidos.
En primer lugar, la plantilla se detuvo en la glorieta de Lebrija que lleva el nombre del club, donde jugadores y aficionados comenzaron la celebración. A continuación, todos juntos caminaron hacia la estatua de Elio Antonio de Nebrija, donde, varios jugadores, ayudados por un elevador, engalanaron al monumento con una bufanda del club.
La fiesta se alargó varias horas más, incluso hasta la madrugada, pues algunos miembros de la plantilla continuaron la celebración tras la cena. No era para menos, después de una temporada, que ha colmado todas sus expectativas.