Lejos de los intereses partidistas, hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer, aquel cuyo origen, cuentan, fue un 8 de marzo de 1857, en el que un grupo de trabajadoras textiles de Nueva York se lanzó a las calles en protesta por sus pobres condiciones laborales.
Muchos han sido los pasos que se han dado desde entonces. Lentos, pero firmes, aquella sociedad del siglo XIX ha evolucionado, aunque la lucha y las reivindicaciones prosiguen en todos los ámbitos, incluido el fútbol, un mundo de marcado acento masculino, pero en el que la mujer tiene mucho que decir.
"La carrera de un futbolista es un proceso de superación personal y adaptación continuo y detrás de cada uno de ellos, lejos de estereotipos, están sus parejas". Son palabras de Minerva Salas, directora general de la agencia de representación Implica-T (lleva, entre otros, al rayista Álvaro García y Lucas Alcaraz, y trajo al Sevilla a Carriço y Diogo Figueiras), y única representante oficial de la RFEF en activo en Andalucía: "El objetivo en estos once años desde su fundación, además de los profesionales, es y ha sido reivindicar el papel de la mujer en el fútbol. Detrás de cada jugador hay una mujer y su elección en el noventa por ciento de los casos puede llevarlos a la gloria o a la ruina".
Como mujer y profesional del balompié, aplaude el apoyo y el respaldo al fútbol femenino, pero subraya la importancia de que la mujer continúe abriendo puertas dentro del deporte masculino. "En nuestro país hay, aproximadamente, unos mil jugadores de fútbol profesionales entre Primera y Segunda y es evidente que todos no tienen la misma situación de privilegio que los que protagonizan los once titulares de Real Madrid o Barcelona. ¿Cuántos de ellos se quedan por el camino? Muchísimos, pero todos los que llegan y los que no, tienen algo en común: una pareja que los acompaña. Sacrifican su bien personal por el bien profesional de su pareja.
En el fútbol se habla muy poco de ellas y cuando se hace, es bajo el marco del estereotipo", explicó, poniendo dos ejemplos que ha vivido directamente: "Los hay mediáticos, como el de Sara Carbonero, que dejó su zona de confort y priorizó la carrera de su marido, aunque hay muchas mujeres anónimas y con menos recursos que lo hacen cada temporada. Ahí está Nazaret Curtido, la mujer de José Mari, capitán del Cádiz, estando con él desde el inicio de su carrera, sin saber qué le depararía el futuro. Un ejemplo similar es Laura Ibáñez, pilar fundamental de la vida de Álvaro García (jugador del Rayo, el traspaso más caro del club cadista); le acompaña desde que jugaba en el Utrera y muchos le decían que no podía jugar al fútbol".
Pionera en su labor, considera que hoy "es un buen día para que todos los que se dedican a esta profesión reconozcan que ellas también juegan".