Ya lo dijo
José Antonio Camacho cuando era seleccionador chino: un país con más de mil millones de habitantes tiene que dar un día una gran estrella del balompié mundial. Y en vista de que el dinero de los fichajes no lo está logrando, ahora los clubes de
China lo quieren buscar con cálculos estadísticos.
Representantes de los principales clubes de la liga china y empresas tecnológicas de análisis de datos se reúnen esta semana en Pekín para averiguar si las matemáticas y la informática pueden ayudar a mejorar el rendimiento de los futbolistas del país que quiere a mediados de este siglo ser gran potencia balompédica.
En Europa y América ya son muchos los clubes de elite que miden cuidadosamente cientos de variables de cada jugador (desde los kilómetros que recorre a sus pulsaciones o su poder de aceleración, por citar los más sencillos), y en
China, donde tener grandes futbolistas es una obsesión nacional, también se está considerando.
"De la misma manera que un entrenador, los datos, los números, que son parte del deporte, pueden mostrar si está jugando bien o no", explicó hoy a Efe
Xian Feng, director de la firma
Sodasoccer, una de las primeras que ha comenzado a asesorar a equipos chinos en esta nueva tendencia.
El uso matemático de datos para construir grandes equipos se hizo primero famoso en el béisbol, con el caso de
Billy Beane y su equipo, los
Oakland Athletics (llevado al cine en
"Moneyball"), y aunque en el fútbol es más complicado de resumir en estadísticas, también está introduciéndose el concepto.
Algunos equipos chinos ya elaboran algoritmos con las variables físicas de sus jugadores, y también lo hizo la selección alemana que ganó el
Mundial de Brasil 2014, lo que según muchos analistas contribuyó a su victoria.
Los jugadores germanos fueron monitorizados al detalle por el gigante del software germano
SAP, cuyo vicepresidente, Jan Schneider, mostró hoy en
Pekín las posibilidades de su empresa, que empezará a ofrecer servicios en
China en 2017.
"Sus resultados son especialmente buenos en ligas aún no del todo desarrolladas, o de divisiones inferiores", señaló Schneider, en el sentido de que la mayor uniformidad del juego, sin estrellas aún capaces de desbordar o de, precisamente, romper estadísticas, puede facilitar su implantación.
Una de las preguntas que ha surgido en las conferencias de esta semana, y que dio título a uno de los debates, es si el análisis de datos, unido al desarrollo del fútbol de base que está iniciándose en China, puede efectivamente servir para que nazca en este país un jugador con el genio de
Messi.
Para el experto en informática
Qiang Bai, presidente de la compañía
Sport 8, organizadora de las conferencias, el
"Messi chino" es posible, pero dependerá también de un valor que no puede medirse, como es la suerte.
"Quizá en 20 o 30 años...
Jorge Mendes, el agente de
Cristiano Ronaldo, me animaba recientemente, diciendo que en un país tan grande tiene que haber talentos que aún no conocemos", subrayó
Qiang en rueda de prensa.
La búsqueda de soluciones matemáticas y estadísticas a la falta de calidad del fútbol chino, uno de los que más dinero invierte en este deporte, puede adaptarse bien en un país cuyo Gobierno ha fijado como una de sus metas para 2050 el ser una gran potencia del fútbol, el deporte favorito del presidente chino,
Xi Jinping.
Durante dos décadas se pensó que la solución era la afluencia de enormes capitales a los clubes, lo que se tradujo en la llegada de estrellas europeas en decadencia y una liga sembrada de partidos amañados y corrupción, pero ahora se están intentando otros métodos, como el desarrollo del fútbol base o el análisis de datos.
Una decisión gubernamental estableció que, antes de finales de esta década, el país tenga 20.000 escuelas de fútbol, y que 30 millones de estudiantes de primaria y secundaria practiquen este deporte.
Será con esas buenas bases, si se logran, cuando los analistas sacarán sus calculadoras para medir millones de datos, en busca de la primera gran estrella mundial china del balompié.
Para los que temen que la entrada de la informática y los datos en el fútbol haga que el juego sea más predecible y aburrido, los mismos analistas aseguran que el factor humano siempre dejará lugar a sorpresas.
"Los datos pueden ayudar, pero no bastan para ganar un partido. Nadie podría haber previsto el gol de
Mario Götze ante
Argentina", señaló
Qiang, recordando el tanto que dio a
Alemania la última
Copa del Mundo.