La Hermandad del Buen Fin de Sevilla presentó este pasado jueves 20 de octubre la maqueta del que será su futuro misterio del crucificado, uno más y diferente a los que ya contó con anterioridad. La hermandad retiró el último en 1998, con imágenes de Álvarez Duarte, saliendo en Semana Santa desde 1972.
Un año después de que el cabildo general de hermano aprobara la medida el 19 de septiembre de 20221, el Buen Fin ha dado a conocer el boceto realizado por Darío Fernández, uno de los grandes imagineros sevillanos que hasta el momento no disponía de nada en la Semana Santa hispalense.
El misterio representa el momento en el que José de Arimatea recibe el permiso de un centurión romano para hacerse cargo del cuerpo de Jesús, en presencia de María Magdalena y Nicodemo.
El nuevo misterio se corresponderá con el mismo pasaje que antes, pero dando una mayor presencia al Cristo del Buen Fin y creando una excena sin estridencias. Una escena inspirada en la pintura barroca en la que todos rodean a Cristo, situado en el centro de todo.
José de Arimatea porta la escalera para amortajar al Señor, al mismo tiempo que entrega el documento al romano, con su lanza. Ambas figuras están en la trasera del paso para, así, poder admirar mejor al Cristo del Buen Fin. En la delantera está Nicodemo, portando una escalera, mientras que María Magdalena está de rodillas, abrazada a la cruz. Además hace un gesto a San Francisco de Asís, una devoción muy relacionada con el Buen Fin.
Tampoco faltan detalles como el cráneo de Adán, la túnica de Cristo y el tarro de ungüentos. También la Sábana Santa o las escaleras que hablan de la Resurrección. "Si observamos el conjunto en planta, todas las imágenes configuran una línea en zig-zag que va desde Nicodemo hasta Arimatea. Si lo observamos de frente, la primera figura, Nicodemo junto con la escalera, forma una diagonal que acompaña a la otra diagonal con la que está compuesta la figura de María Magdalena. Estas líneas le dan a la composición dinamismo y tensión. También cabe destacar las dos líneas verticales que generan la escalera de José de Arimatea y la lanza del soldado romano, éstas le dan verticalidad a la composición y junto con las dos citadas imágenes, enmarcan al Señor", explicaba el autor del misterio.
Darío Fernández, autor del boceto y del futuro misterio del Buen Fin, nació en 1973, siendo discípulo de Antonio Dubé de Luque. En su taller aprendió la disciplina de la imaginería al mismo tiempo que cursaba en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Sevilla las especialidades de Escultura en Madera, Piedra y Cerámica, ingresando luego en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.