Sandra Romero4 min lecturaEl Concurso de Agrupaciones Carnavalescas de Cádiz, el COAC 2023, está visto para sentencia, siendo 13 las agrupaciones que se han clasificado para la gran final en el Gran Teatro Falla de este viernes 17 de febrero. Un Carnaval de Cádiz en el que los autores han cantado a muchas y diferentes temáticas, siendo una de las más repetidas la de unas patatas fritas con sabor a vagina. Suena a broma, ¿verdad? Pues no; existen.
Detrás de este llamativa a la par que provocador lanzamiento se encuentra una empresa lituana, Chazz, que ha catalogado el novedoso producto como unas patatas fritas para mayores de 18 años. Acostumbrados a la innovación dentro de este segmento, con patatas con sabor a York queso, chorizo, pollo asado, huevo frito o tortilla, entre muchas otras, resalta sobremanera este nuevo sabor a vagina.
Lógicamente, la noticia ha corrido como la pólvora, viralizándose hasta el punto de haber llegado a las tablas del Gran Teatro Falla de Cádiz, donde una de las agrupaciones, con mucho sarcasmo e ironía, decía que debían ‘saber a palometa’. Y eso, lógicamente, es una de las preguntas que todo el mundo se hace: ‘¿A qué saben esas patatas fritas con supuesto sabor a vagina?’
La descabellada idea de Chazz se basa en el dato de que “los millennials tienen tres veces menos sexo sus padres a la misma edad”, de ahí que, tras mucho darle vueltas a la cabeza, decidieran sacar a la luz este nuevo sabor de patatas fritas. Las primeras ‘Pussy Flavour’ del mundo.
Según la propia empresa, en su página web, estas patatas fritas saben a cebolla, ajo, azúcar, nata agria, limón, laurel… y un poquito de perejil. Pese a ello, quienes las han probado, aseguran que más que el gusto de las mismas se acerca más a la típicas campesinas que a una experiencia de sexo oral.
El empaquetado de las patatas ya demuestra de antemano que hay una importante acción de marketing tras ellas, con una caja bastante exclusiva y una ilustración en la que puede leerse en inglés algo así como “Pierde tu virginidad con Chazz’. Y es que las primeras y únicas patatas fritas del mundo con sabor a vagina hay que comprarlas por Internet, llegando a casa directamente desde la propia fábrica en Lituania.
Lógicamente, tampoco son especialmente baratas, con un precio de 19’99 euros que pretende argumentarse en la exclusividad del empaquetado. Y es que, como hemos dicho anteriormente, desde Chazz han sabido jugar muy bien con la publicidad y empujar a los consumidores a probar estas nuevas patatas que, pese a estar buenas, no se diferencian demasiado en su sabor de las típicas campesinas que pueden encontrarse en cualquier supermercado. ¿Cuál será el siguiente extravagante sabor que inventen? Sólo en Chazz lo saben.