Que Mark Zuckerberg es una de las personas más influyentes y con más dinero del mundo no es ningún secreto. El creador de Facebook tiene al alcance de su mano prácticamente cualquier cosa y así lo ha demostrado en su último capricho de millonario.
Si unimos el nombre de Zuckerberg al de la UFC, la mayor empresa de artes marciales mixtas en el mundo, pues sale un negocio nada atractivo deportivamente pero con mucho dinero de por medio.
Imagínense que Amancio Ortega cierra el Estadio Santiago Bernabéu para ver jugar al Real Madrid contra cualquier otro equipo, en un partido privado para su familia y amigos más próximos, pues algo parecido es lo que ha hecho Zuckerberg.
El fundador de Facebook cerró un evento de la UFC para sus amigos y su mujer, no pudiendo entrar al mismo ni el público general ni la prensa. El combate estrella fue el de Yan Xiaonan contra Mackenzie Dern, que ganó el primero por decisión mayoritaria.
Con lo que realmente se quedó Zuckerberg fue con lo que se conoce como APEX, el recinto propiedad de la UFC donde tienen lugar los combates que no son del más alto rango. Ahí no se verá a Conor McGregor, por ejemplo.
Dana White, ex luchador y expresidente de la UFC, no quiso hablar sobre la polémica suscitada por el capricho del millonario americano, bromeando con que había dado el día libre a los trabajadores del APEX.
El ex luchador Nathan Quarry se mostró en contra de la compra del evento en sus redes sociales. "Sí, ¿quién de nosotros no se ha comprado un estadio entero para ver cómo los luchadores se pelean y no le moleste estar entre las sucias masas?. El hecho de que UFC piense que esta es una gran oportunidad de marketing muestra cuán desconectados están. Soy lo suficientemente mayor como para recordar que los luchadores son la atracción principal. No el promotor. Y ciertamente no un invitado a los combates", escribió en Twitter, no siendo la única critica a la velada. Un luchador en activo como Alexander Jay "Al" Iaquinta dijo que "la mejor parte de los eventos de UFC en directo es ver cómo la multitud se vuelve loca como si estuvieran en su casa", criticando también la decisión.
Zuckerberg y la UFC han sentado un peligroso precedente, recordando que casi todo tiene un precio. No sabemos qué hubiera pasado si los luchadores se negasen a competir, aunque también se desconoce si alguno de ellos se llevó un incentivo por el combate.