Metidos ya de lleno en el mes de marzo, la
Cuaresma se vive en cualquier rincón de
Sevilla desde el pasado 17 de febrero, Miércoles de Ceniza. Será una Cuaresma muy diferente, pues este año, al igual que el pasado, no saldrán pasos a la calle con motivo de la pandemia. Pese a ello, no será igual, teniendo en cuenta que en el 2020 la Semana Santa se pasó con todos los sevillanos confinados en casa, al igual que el resto de España y de Europa.
Con el
Domingo de Ramos (28 de marzo) a la vuelta de la esquina, media España mira de reojo al calendario y a las medidas de los gobiernos autonómicos, estando pendiente aún qué tipo de movilidad habrá entre territorios. En Andalucía, por ejemplo, todo hace indicar que se abrirán las provincias, estando en el aire aún si se abrirá la comunidad a los turistas procedentes de otros territorios de España.
El
1 y el 2 de abril se celebran el Jueves y el Viernes Santo, dos de las fechas más importantes del calendario cristiano y un puente festivo espectacular para todos aquellos que acostumbran a hacer turismo, a pesar de que actualmente no es lo más propicio.
Mientras que ya se han suspendido las procesiones, todo apunta a que se aflojarán ligeramente las medidas para dar un respiro a la economía en esas fechas, con lo que ello puede suponer para un nuevo repunte del coronavirus en nuestro país. Por ello, un grupo de científicos ha realizado una propuesta a tener en cuenta.
Los
investigadores que pertenecen a la
Universidad Politécnica de Madrid han porpuesto
retrasar la celebración de la Semana Santa tres semanas. Es decir, que e
l Jueves Santo pase del día 1 al 22, que el
Viernes Santo se festeje el día 23 y no el 2. Una propuesta que nada tiene que ver con el sentir cristiano de las fechas, pero que sí busca un disfrute más seguro de esos días festivos.
El objetivo de los investigadores, tal y como recoge el
Diario Vasco, es
aumentar "el ratio de vacunación de personas vulnerables cuando se llegue el periodo vacacional", con lo que se reduciría de manera muy elevada el riesgo que llevan asociados estos periodos festivos. Algo que ya ocurrió en Navidad.
Al haber más vacunados habría menos riesgo y serviría para revitalizar algunos sectores como el turismo. El estudio que ha realizado este grupo de investigadores sostiene que se podrían producir "dificultades de ajuste por la premura en la que se deberían realizar" los cambios. Al mismo tiempo,
recuerda que no es extraño la celebración de la Semana Santa en los últimos días del mes de abril, algo que ha pasado anteriormente y que es "perfectamente aceptable por la sociedad".