Ocho personas han sido detenidas en Sevilla
por provocar desórdenes públicos al paso de las procesiones en la Madrugá. Tres de ellos son delincuentes comunes y uno acumula 36 detenciones.
Las
seis procesiones de la Madrugá de Sevilla, las más populares de la ciudad, han podido salir a hacer su estación de penitencia gracias al buen tiempo, pero han tenido que sobreponerse a estos desórdenes provocados por carreras simultáneas entre el público al paso de los cortejos procesionales.
La Policía acusa a los detenidos de desorden público, dar golpes al suelo y gritar con amenazas para asustar a la gente. La información del Ayuntamiento de Sevilla agrega que aún se están analizando completamente todos los datos disponibles para determinar los motivos de lo ocurrido, pero concluye que "no hay causas de alarma".
Una vez repuestas de los incidentes, las procesiones
retomaron sus respectivos recorridos, aunque en numerosos lugares con menos público de lo habitual por el contagio del miedo provocado por las carreras. Una hermandad,
el Silencio, aceleró su paso y llegó al templo media hora antes de lo previsto.
La Macarena, símbolo del fervor religioso popular, provocó lluvias de pétalos y gritos de "guapa, guapa".
El resto de los cortejos religiosos, de tradición secular, fueron saliendo durante la madrugada de sus templos. En completo silencio lo hizo otra de las cofradías más populares,
El Gran Poder, conocido como el Señor de Sevilla, a cuyo paso solo se escuchaba el roce entre el suelo y las zapatillas de los costaleros que lo cargan en la espalda.
En la misma noche procesionan, además de la Macarena y El Gran Poder,
la Esperanza de Triana, Los Gitanos, El Silencio y El Calvario, unas con bandas de música completísimas y otras sin ningún tipo de acompañamiento.