Dudelange y nada más. Ése es el mensaje, pero la realidad es que el partido del domingo pesa. Banega, Navas, Ocampos... se quedaron aquí. Si no hubiera derbi estarían allí.
El Sevilla estará centrado durante dos horas en un duelo que puede certificar su pase a la siguiente ronda, ante un equipo motivado y serio, pero claramente inferior y que no podrá salir a defender a ultranza como ya hizo en el Sánchez-Pizjuán.
Pero antes y después pensará en lo que le llega en Heliópolis, empezando por el entrenador, que rotará, como ha hecho siempre en Europa en estas primeras jornadas, pero también lo hará sabiendo qué once sacará ante el eterno rival. Y siguiendo por sus jugadores, que querrán crearle dudas al técnico para que cuente con ellos, si no de inicio, sí al menos en la lista de un partido tan importante. El derbi ya ha empezado.