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Real Betis este sábado su
quinta victoria consecutiva desde que regresara del último parón de selecciones, al que se marchó con un
pésimo sabor de boca no ya por el
derbi, sino por las otras dos derrotas anteriores, que mermaron sus opciones en la
Europa League y rebajaron las altas expectativas en
LaLiga. Nada más lejos de la realidad, porque los verdiblancos han vuelto por sus fueros, asegurando la
segunda plaza del Grupo G en la segunda competición continental y
apretando los dientes de nuevo en el torneo regular, donde camina firme en puestos privilegiados.
Quinto y a un punto de la Champions, el de Pellegrini ha demostrado ser un equipo
fiable, alegre y con mucha pegada.
Y con
fe, como demuestra la
enésima remontada ante el
Levante, que deja en evidencia cierta fragilidad defensiva en ocasiones, pero también una enorme capacidad de reacción. En el
Camp Nou, el 'Ingeniero' podría volver a hacer, como en
Copa del Rey respecto a la anterior jornada de Primera división,
hasta diez cambios en su once, donde
Bellerín sería el único que repetiría. Otros cuentan con opciones, qué duda cabe, pero la
amplitud de esta plantilla, la
recuperación de hombres importantes, la trascendental baja de
Fekir y el
paso al frente en otras posiciones amplía el margen de maniobra del míster chileno.
Si en las dos primeras demarcaciones que suelen nombrarse cuando uno lee un once inicial no hay
ningún debate, empieza a haberlo en el
centro de la defensa, en el acompañante de
Guido en la sala de máquinas y en, al menos, uno de los extremos, como tampoco es del todo segura la ubicación de
Canales, brillante últimamente como mediocentro en el doble pivote, abandonando un poco su sitio natural, la media punta,
huérfana sin el campeón del mundo otros dos encuentros más. El
puzzle de
Pellegrini tiene en esta ocasión
más piezas, si bien, como ya está decidido todo en UEL, ni siquiera hay que mirar
de reojo al siguiente compromiso (según el míster, nunca lo tiene en cuenta ni condiciona sus elecciones). Actuarán los mejores y, posiblemente, aunque hay
dinero de por medio y
prestigio en juego el jueves que viene en Glasgow, llegarán allí las
rotaciones que den minutos a los
menos habituales.
Una cuestión de
prioridades. La ocasión lo merece, porque, aunque actualmente está por debajo en la clasificación, el
Barcelona es siempre un rival
temible, especialmente en su feudo, que acaba de despertar, encima, con
Xavi a los mandos. El mejor director de juego que se recuerda lo es ahora desde el banquillo.
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