Los futbolistas que quedan
libres constituyen una (nunca mejor dicho) impagable
oportunidad de mercado para cualquiera. En busca de este tipo de 'gangas' acude tanto el club de menor poderío económico, que no puede optar seguramente a su compraventa, como el poderoso, que suele imponer su mayor disponilidad de talonario para convencer al susodicho. Si, además, el elegido juega en una demarcación necesitada, el esfuerzo y el interés son mayores. Ocurre algo así en los dos equipos sevillanos, aunque por distinto motivo. En el caso del
Sevilla FC, se trata de su línea menos poblada, por lo que ha tenido que recurrir a la polivalencia de hombres como
Fernando, Gudelj, Acuña o Montiel, pues
Monchi decidió afrontar la 21/22 sólo con
Diego Carlos, Koundé y Rekik como centrales. Pese a todo, el conjunto nervionense es de los menos goleados de Europa.
Por parte del
Real Betis, las posibilidades de elegir de
Manuel Pellegrini (dos hombres por puesto como mínimo) contrastan con cierta
fragilidad, corregida en algunas fases de la temporada, lo que ha generado una cantidad excesiva de tantos en contra en las últimas campañas. Para potenciar el eje de la retaguardia,
Antonio Cordón ha logrado persuadir a
Luiz Felipe, central de la
Lazio que queda libre el 30 de junio y se comprometerá luego por 4-5 ejercicios con los heliopolitanos. Pero podría haber más novedades ahí, incluso tras la ampliación de contrato de
Edgar. Pezzella seguirá, al tiempo que
Bartra y Víctor Ruiz tienen un año más, si bien ninguno tiene del todo claro su futuro. Por ello, se estudia todo lo que suponga mejorar y no exija un gran desembolso.
Desde Italia encartan a los dos clubes hispalenses, amén de a otros de España (
Atlético de Madrid, Villarreal, Valencia) y fuera (
Nápoles, Tottenham, Newcastle), en la pugna por hacerse con los servicios de
Jason Denayer (26), que no termina de renovar con el Lyon. En parte por sus altas exigencias económicas, y he aquí el hándicap, ya que el internacional belga pretende llegar a los
cuatro millones de euros limpios por temporada. En tierras francesas, donde ha perdido cierto protagonismo este último curso de vinculación por culpa de una inoportuna lesión de tobillo, no se lo dan, por lo que sus agentes han abierto el abanico a
LaLiga (su prioridad deportiva), la
Premier (donde su caché no sería un poblema) y la
Serie A, con el añadido de que emigrar implicaría embolsarse una
prima de fichaje.
Oriundo de la
República Democrática del Congo, Denayer es un fornido central de 1,84 que va bien por alto y en el cuerpo a cuerpo, con una salida de balón aceptable y, cuando está en forma, muy comprometido, pese a que su aspecto físico pudiera indicar otra cosa. Fichado en 2018 del
Manchester City por 10 millones de euros, su valor de mercado actual es de casi el doble (17), habiéndose desenvuelto coyunturalmente como
lateral y pivote.