Lleva meses, años en realidad, lanzando guiños al Real Betis, el club por el que late su corazón, por mucho que, como profesional, haya defendido también otros colores, hasta los del eterno rival, amén de Real Madrid y Arsenal. Dani Ceballos espera, más pronto que tarde, volver a vestir de verdiblanco, pues es consciente de que no se marchó como habría deseado hace ya casi cinco años, en parte mal aconsejado por su anterior agencia de representación. Recibido por la mayoría con pitos y alguna palabra fea en sus visitas al Benito Villamarín, con gol incluido para dar el triunfo a los merengues en una ocasión, está deseando cambiar la opinión del sector de la afición heliopolitana que no le perdona, mucho mayor que el que considera que no tiene sitio a las órdenes de Manuel Pellegrini.
Porque, aparte de aquella negociación para cambiar de aires, pocos pueden discutir la calidad de un mediocentro que se ha consolidado en la elite, confirmando lo alto que apuntaba en La Palmera. Internacional absoluto, codiciado por clubes importante y con un caché a su nivel, Dani ha demostrado por activa y por pasiva su cariño por el Betis, que estuvo cerca de reaptriarlo en un par de ocasiones. La última, el pasado verano, cuando una inoportuna lesión de tobillo durante los Juegos Olímpicos de Tokio retrasó su actividad hasta las Navidades. Además, la ausencia de salidas que liberaran fichas y masa salarial, aparte de la urgencia de contratar a su amigo Bellerín para cubrir la grave lesión de Sabaly, pospuso una entente que ya verbalizan los altos ejecutivos hispalenses.
Mientras tanto, infinitos mensajes vía redes sociales después, Ceballos aprovechó la presentación este viernes en Utrera de su Campus de Tecnificación estival para recordar por dónde van los tiros de sus deseos. Con contrato hasta 2023, lo puede decir más alto, porque más claro resulta difícil. "Es una historia de amor lo mío con el Betis; siempre he dicho que se lo debo todo, que le estoy eternamente agradecido por todo lo que hizo por mí a la hora de hacerme sentir futbolista. Y, desde que me fui, lo he echado de menos. El Betis es un equipo donde he sido muy feliz", dijo el centrocampista, en declaraciones recogidas por el diario 'As'.
De hecho, estará el próximo 23 de abril en el Estadio de La Cartuja animando a su otro equipo para que se imponga al Valencia y sume un título a sus vitrinas 17 años después: "No me da envidia sana verlo en la final de la Copa del Rey, al revés; ojalá la ganen. Yo voy a estar presente, pues he movido cielo y tierra para poder estar allí con mi familia. Ojalá podamos ver al Betis levantar otra Copa después de muchos años. ¿Ponerme la camiseta? Yo tengo que respetar al Real Madrid, que es mi club; seré un aficionado más",
En este sentido, dio su sitio a los blancos, a ver si Ancelotti le concede más minutos en la recta final del curso: "Ahora, estoy muy centrado en estos dos meses, que son muy importantes de cara al final de la temporada. El míster tiene confianza en mí. Es el momento en el que puede apostar por mí, sobre todo en este tramo final, que es en el que nos vamos a jugar las cosas de verdad. Todavía quedan partidos, y espero tener minutos. Es verdad que en la Liga estamos bastante bien, ahora en la Champions tenemos un rival complicado como es el Chelsea, que el año pasado ya nos hizo bastante daño. Pero nos enfrentamos a otro equipo, y ellos, a un Real Madrid más preparado".