Para
Diego Lainez,
Andrés Guardado siempre fue
mentor y referencia, tanto en la
selección mexicana como en el
Real Betis, donde el 'Principito' recibió con los brazos abiertos al joven extremo para explicarle cómo es el fútbol europeo, en especial el español, haciendo hincapié, tanto en público como en privado, sobre la necesidad de trabajar también en defensa para convertirse en un jugador más completo. Por fin, tras no contar prácticamente para
Setién en su primer semestre como verdiblanco y para
Rubi en la 19/20, el ex de América se hizo fuerte en la segunda vuelta del curso pasado con
Pellegrini. Sin embargo, una
inoportuna lesión de tobillo durante los
Juegos Olímpicos de Tokio frenaron la progresión del de Villahermosa.
A sus
21 años, y con dos temporadas más aparte de éste de contrato con la institución heliopolitana, Lainez está entrando poco a poco en los planes del 'Ingeniero', de momento en
Copa del Rey y Europa League, aunque aspira a ser parte de ese fenomenal grupo que marcha tercero en
LaLiga. El listón está alto; tanto que a Guardado le ha costado un mundo relevar a
William Carvalho del once ideal, si bien el otrora centrocampista de PSV se ganó el sitio en el
Camp Nou y, de momento, parte con ventaja en el doble pivote de gala junto a
Guido Rodríguez, con permiso de un
Sergio Canales que parece haberse estabilizado de nuevo en la media punta.
Esta semana no ha podido comenzar mejor para los dos aztecas de la plantilla verdiblanca. De un lado, Diego juró la
Constitución y completaba en la mañana de este lunes los últimos trámites para obtener el
pasaporte español y, por ende, la
doble nacionalidad, algo que tiene en común con su ídolo. A partir de este momento, Lainez pasa a ser
comunitario a todos los efectos, por lo que el Betis tiene
desocupadas las tres plazas que permite el reglamento. Y es que todos sus extranjeros son asimilados por algún país europeo (Bravo y Willian José, España; Guido y Pezzella, Italia) o se acogen al
Tratado de Cotonou (como el marfileño Paul). Pese a su ascendencia senegalesa y argelina, respectivamente, Sabaly y Fekir son nacidos en Francia (Nabil, incluso, internacional 'blue').
En lo que no coinciden los dos mexicanos béticos es en el otro motivo de
celebración. Y es que Andrés Guardado comparecía esta mañana en la Ciudad Deportiva Luis del Sol con una camiseta del
Atlas, el club de sus amores y en el que se formó, amén de querer retirarse. El motivo lo merecía, ya que,
70 años después, los rojinegros se proclamaron
campeones de la Liga MX, al derrotar en los penaltis a León (4-3), tras el 3-3 global de la eliminatoria por el título.