No sólo recortes y traspasos: la otra fórmula del Betis para cuadrar sus cuentas

No sólo recortes y traspasos: la otra fórmula del Betis para cuadrar sus cuentas
- M. H.
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura


El Betis ultima su segundo plan de contingencia en apenas un año para atajar los efectos económicos que el coronavirus ha generado en sus cuentas, diezmadas por la ausencia de ingresos extraordinarios y ordinarios. La falta de público en los estadios, que, en el mejor de los casos, no terminará hasta finales del presente curso, ha disminuido considerablemente las ganancias de los clubes en apartados fundamentales como el 'ticketing' o los abonos, al tiempo que la crisis en el mercado propició la depreciación de los activos de muchas plantillas, por lo que en Heliópolis optaron por aguantar sin malvender.

Todo lo anterior motivó un reajuste presupuestario (de los 200 millones de euros previstos a menos de la mitad) que debe venir acompañado por una rebaja del tope salarial, que contaba con el retorno de los aficionados a las gradas a principios de 2021, si no quiere que LaLiga lo toque por su cuenta para la 21/22. En este sentido, urge enjugar entre 15 y 18 millones de euros de desfase, razón por la que en enero se traspasó a Sanabria al Torino por 7 kilos fijos y 3 en variables. No será suficiente con este movimiento, como tampoco con la reasignación de los sueldos en el vestuario (se trabaja en renovaciones o ampliaciones de contrato para pagar más en años venideros y menos en éste). Así, se habla de una gran venta o varias medianas antes del 30-J.

Un listón contraproducente, pues el Betis prefiere esperar a la Eurocopa con el fin de que algunos de sus activos (William Carvalho, Fekir y, en menor medida de deseo, Canales). En este sentido, trabaja en otras alternativas financieras para cuadrar sus números. Y, según ha podido saber ESTADIO, se ha retomado una iniciativa que lleva años aparcada por no haber ofertas relevantes. La crisis tampoco las ha multiplicado, si bien sigue habiendo empresas solventes decididas a invertir en lo que se conoce como 'naming rights', una modalidad a la que estudian acogerse Real Madrid y Barcelona, que piden más de 30 millones de euros al año por ceder ese privilegio.

Se trata de la asociación de una marca a un activo, sobre todo los estadios de fútbol, una práctica muy extendida en el mundo. Por ejemplo, el 80% de los recintos de la Bundesliga tiene un nombre publicitario (Allianz Arena, Signal Iduna Park, Mercedes Benz Arena...), mientras que en la Premier es un 30% (Etihad Stadium, Emirates Stadium, King Powe Stadium...), por un 10% en la Serie A (Allianz Stadium Torino, Mapei Stadium, Dacia Arena) y la Ligue 1 (Orange Vélodrome, Groupama Stadium, Allianz Riviera...). En España, apenas un 5% han recurrido a esta vía publicitaria, según el informe de la UEFA titulado 'Champions League Stadium Naming Rights Study'. Fuera de Europa, no hay tantos remilgos, como demuestra el renombre de los recintos en la NFL (un 80%) y otras grandes Ligas de diferentes deportes allí mayoritarios.

Si la tasación para el Santiago Bernabéu y el Camp Nou está en torno a los 36,5 millones por temporada, habría que realizar una para el Benito Villamarín, por el que se desecharon propuestas diez veces menores. La opción preferida es poner un 'apellido' publicitario, del tipo Wanda Metropolitano o Abanca Balaídos, más que por el Reale Arena (antes, Anoeta). En nuestro país, el artículo 22 de la Ley General de Publicidad regula de forma muy somera este tipo de esponsorización, normalmente por cinco años o más, pero siempre existe cierto temor al rechazo de la afición por perder una seña de identidad como el nombre de su campo. Ya con el retorno del otrora presidente gallego a la rotulación, tras mucho tiempo denominándose Estadio Manuel Ruiz de Lopera, se generaron muchos ríos de tinta. Pero las apreturas económicas obligan.