Tenía que ser
Guido Rodríguez, alta de última hora al retirarle
Competición la injusta amarilla con que castigó
Sánchez Martínez el inexistente
penalti que (no) cometió sobre Luis Suárez en
Granada, el autor del triunfo bético frente al Cádiz. El karma actuó, ya que el argentino iba a perderse por acumulación de amonestaciones el segundo derbi andaluz consecutivo, dejando más diezmada si cabe la demarcación de mediocentro defensivo para
Pellegrini: están lesionados
William Carvalho y Paul, más
Canales (solución a veces ahí), mientras que
Guardado salía de una gastroenteritis.
Este giro del destinó compensó el enésimo agravio arbitral a los verdiblancos, que vieron cómo
Mateu Lahoz, primero, y
González González, después desde el VAR, ignoraban unas claras manos en el área del
'Pacha' Espino. Con la excusa de que el argentino se estaba revolviendo ante el tiro de
Montoya, no se tuvo en cuenta la posición antinatural de ese brazo y el
desvío crucial en una clara ocasión de gol de los heliopolitanos, que no es la única vez (ni será la última) en que se vean perjudicados por las
decisiones de los colegiados.
En esta ocasión, ese
penalti al limbo no influyó en el resultado, pero el Betis es, con
siete en contra en 15 jornadas, de los más castigados de largo en Primera. Y no caen con la misma velocidad a su favor. Por ejemplo, la decisión del primer peldaño jurisdiccional de la
RFEF sobre Guido deja claro que no hubo pena máxima en Granada, donde se miró para otro lado en una carga ilegal de Darwin
Machís a Fekir (con la cadera y con el codo) sobre la línea del área.
Obviamente, estas determinaciones no justifican ni el
mal juego ni las
ocho derrotas que acumulan los de Pellegrini en este primer tercio de Liga, si bien han condicionado muchos resultados en contra. Como el fuera de juego no pitado, la expulsión de
Emerson (por tocar a lo
Gayà con
Griezmann a
Jovic) y el penalti (de
Bartra a
Borja Mayoral) frente al Real Madrid, la roja a Montoya en el
Wanda o el gol anulado (por fuera de juego inexistente, con líneas mal trazadas desde la sala VOR) y el penalti (Le Normand le rompe la camiseta a
Sanabria) frente a la Real Sociedad, por citar sólo algunos de los episodios más sonados.
La falta de respuesta desde la
directiva y las
amenazas de sanción (a Pellegrini y Joel, por sus quejas tras las controvertidas decisiones frente al Madrid) han conseguido que, por omisión, se de por buena una labor de los jueces que está siendo nefasta para los intereses de un Betis en
crisis de juego y de resultados, un 'perro flaco' al que no dejan de brotarle 'pulgas' arbitrales.