Tras un nuevo fiasco en Granada, el Betis afronta la despedida en casa a 2020 con una final ante el Cádiz, que viene igualmente de perder en su feudo frente al Getafe. Los heliopolitanos necesitan encontrar una regularidad en rendimiento y resultados que permita a su afición ser optimista, pero a la falta de gol se suma la tremenda fragilidad defensiva, que obliga partido sí partido también a remontar casi desde el principio uno o dos goles en contra, con la consiguiente dificultad añadida.
El gran problema de Pellegrini estriba en encontrar repuestos para hombres importantes en sus esquemas, que se perderán la cita por lesión o sanción. Los de Emerson y Bravo están claros, pero existen dudas con Guido Rodríguez y William Carvalho, pues Guardado sale de una gastroenteritis y Paul anda renqueante de una cadera. Atrás, Bartra se una a la nómina de ausencias.