Nada impedirá que este proyecto, tal y como lo etiquetó Ángel Haro, se considere un "fracaso". Ni tampoco que esta misma jornada o la siguiente
sea matemática la imposibilidd de acceder a Europa por segundo año consecutivo, pues se encuentra a 13 puntos del séptimo cuando restan 15 por disputarse.
Nada le arrancará al bético su profunda decepción por una campaña a un abismo de las expectativas generadas o su desasosiego por una involución cuando hace dos años se apuntaba a crecimiento.
Pero LaLiga no ha terminado, quedan todavía cinco partidos y la mayor afrenta a su afición sería calzarse las chanclas y no darlo todo hasta el final. Primero porque
todavía debe cerrar una permanencia que no está garantizada del todo a pesar de la derrota del Mallorca, ya que posee de una renta de ocho puntos.
Segundo, porque
aumenta el ingreso económico según la posición en la que se termine y
otro traspié le alejaría de poder escalar en la tabla. En los tiempos que corren, con la crisis provocada por el coronavirus, cualquier euro de más en caja se agadece considerablemente y hay que luchar por él.
Y tercero, y no menos importante,
por dignidad, por respeto a unos colores y a un beticismo que se merecen que no escatimen ni un solo esfuerzo de cara a terminar, al menos, la competición lo más arriba posible.
Compromiso y esa intensidad de la que tanto ha carecido el equipo en este accidentado curso.
Hoy visita a un rival directo en la zona baja, ya que el
Celta, el cuarto por la cola,
está unicamente a tres puntos y le podría adelantar con un triunfo que mejore el 2-1 en el Benito Villamarín. Los vigueses despertaron tras el parón y tomaron aire en la tabla, pero la goleada sufrida anten el Malloeca en la jornada anterior les mantiene en peligro, cinco puntos por encima de los bermellones, antepenúltimos, por lo que los de Óscar precisan imponerse para espantar casi definitivamente los fantasmas.
También lo necesita el Betis por todas las razones esgrimidas anteriormente, pero para ello
no dispondrá de Fekir, pues ninguno de los recursos han properado tras su expulsión ante el
Villarreal. Una baja de peso porque es el principal generador de peligro verdiblanco, por lo que Alexis deberá buscar una solución. En principio,
es probable que renuncie a la defensa de tres centrales para jugar con cuatro atrás y que
Joaquín desempeñe el rol del franco-argelino.
No parece que arriba vaya a apostar por dos delanteros, sino que seguirá la alternancia entre Loren y Borja -le tocaría al marbellí-, con
Juanmi, muy posiblemente titular en un flanco para aumentar los recursos ofensivos. No obstante, la verdadera asignatura pendiente del Betis es la contención, por lo que
saldrá con doble pivote para una cita en la que sólo cabe ofrecer una imagen de compromiso y máxima competitividad.