La
antroponimia nunca deja indiferente a nadie y, a veces, incluso ofrece casualidades bastante curiosas, pues el guionista de la vida debe ser travieso y un poco caprichoso. Dice 'Don Google', que es el que sabe de todas estas cosas, que el nombre de
Alexis tiene un origen griego y que su significado es
'El protector'. Y, la verdad, en estos momentos no le viene nada mal al
Betis un protector que llegue con su manto para cubrirlo y ampararlo durante su lacónico
mandato de interinidad, que comienza esta noche (
22:00 horas) con la visita al Benito Villamarín del colista de Primera división, el
RCD Espanyol.
El problema es que ese manto protector es de pequeñas dimensiones. No le da para cubrir todo lo que debería en un equipo que intenta digerir el despido de Rubi después de volver del parón por el coronavirus con
un punto de nueve posibles, catastrófico balance que ha terminado de
enterrar las escasas esperanzas europeas que albergaba (o aseguraba albergar) el técnico catalán y que obligan a ese pregonado 'Betis de la ilusión' a terminar la accidentada 2019/2020
mirando por el retrovisor y haciendo cuentas para no tener que preocuparse de que las llamas del descenso calienten sus posaderas.
El parón daba la sensación de que le había sentado muy bien al Betis. El largo paréntesis sirvió para
volver a tirar de verborrea, presumir de lo bien que habían vuelto a los entrenamientos e
ilusionar de nuevo al beticismo con un final liguero a la altura de la historia de esta entidad. Sin embargo, tres partidos han sido suficientes para demostrar que no sólo no ha vuelto bien sino que probablemente es
uno de los peores de Primera división, en físico y en nivel de juego. Entonces, piensan muchos,
Rubi no es el único culpable.
Esa es una de las misiones de Alexis.
Proteger y exigir a partes iguales a una plantilla que está rindiendo por debajo de sus posibilidades de manera descarada. Ha hablado con ellos, les ha mirado a los ojos y les ha emplazado a mirar en su interior y a
preguntarse si realmente están poniendo todo de su parte. Más de una respuesta interna
habrá sido un 'No' como un castillo; pero todo entrenador depende de sus jugadores y tiene que levantar los niveles de moral, confianza y autoestima. Si no, está perdido.
También debe proteger el canario al equipo en sí. Justo ahora que se cumplen
25 años del Trofeo Zamora que ganó su excompañero
Pedro Jaro en la 94/95 y el
85 aniversario del que conquistó Joaquín Urquiaga -el primero en alzar para los verdiblancos un galardón de portero menos goleado-, el Betis se caracteriza por todo lo contrario. Tropieza en la misma piedra -los centros laterales y el balón parado- una y otra vez. Es el
equipo que más goles ha encajado en jugadas de
estrategia en LaLiga (9) y es
el que menos partidos ha dejado su portería a cero en (sólo en 4 de 30 encuentros), según
@LaLigaenDirecto.
Por eso, aunque
no se esperan muchos cambios en su primera alineación con respecto a lo que dibujaba Rubi, debe intentar reforzar la defensa sin perder el equilibrio, ya que los goles en contra no son la única explicación de que el Betis esté en la parte baja de la clasificación. Además de que
sus rivales necesitan muy poquito para marcar, a los heliopolitanos les
cuesta un mundo ver portería y, aunque suelen tener el balón (quinto equipo de Primera con más posesión), lo mueve en zonas del todo
intrascendentes, sin más profundidad que la que aportan las bandas
y
sin asistir a los delanteros, que se alejan del área al verse obligados a salir en busca del esquivo balón.
Con todo,
Canales y Fekir son insustituibles. También Joel en la portería y
Emerson y Álex Moreno (aunque Pedraza ha vuelto mejor del parón) en los laterales. Por lo tanto, las dudas son mínimas. En el eje de la zaga, por los números y porque recupera a
Sidnei y dispone de los cuatro centrales, podría haber alguna novedad, como la inclusión de
Feddal. En el medio,
Guido Rodríguez y Guardado, más hechos, se postulan por delante de los jóvenes
Edgar y Aleñá; y la duda de Joaquín abre opciones para
Tello y Lainez. La otra incógnita es la habitual:
¿Loren o Borja? En principio, Alexis jugará con un delantero y es el 'turno' del marbellí.
No acaba aquí la lista de demandas de salvaguarda. Alexis también debe proteger al
cada día más desgastado dúo formado por Haro y Catalán. El canario es el
necesario 'paraguas'. Claro que,
si les salva a ellos, se salva él también; pues elevar el rendimiento de esta plantilla, confeccionada en principio para luchar por Europa y no para eludir el descenso, le interesa al propio Alexis, que participó en la confección del equipo en calidad de coordinador del área deportiva y que en su presentación ya se encargó de hacer autocrítica y repartir culpas y responsabilidades en este sonoro
"fracaso de temporada", como apostilló el presidente, sentado a su izquierda el pasado martes, en rueda de prensa telemática
Y, por si fuera poco para El Protector, llega esta noche un
dulce envenenado. Llega el
Espanyol, uno de los pocos equipos más
necesitados de puntos que este Betis. Es
colista, el descenso le atrapa con sus garras y escapar del pozo depende de ganar en el Benito Villamarín, reto para el que
Abelardo ha reclutado a su jugador estrella, el goleador
Raúl de Tomás, que no ha jugado los dos últimos partidos por problemas físicos.
Eso sí, el técnico perico, que ha descartado a Vargas y a Ferreyra, tiene las
bajas por sanción de los centrales
Cabrera y Bernardo, además del lesionado Dídac Vilà (ex del Betis, por cierto), por lo que tendrá que reorganizar el eje de su zaga y el lateral izquierdo. La defensa blanquiazul es la
segunda más goleada de LaLiga por detrás de la del Mallorca (52) y en casi empate técnico (49-48) con el Betis, el tercero que más balones ha recogido del fondo su portería en estas 31 jornadas.