La llegada de
Fekir y su deslumbrante puesta en escena acompañada de números propician que los focos se centren en el franco-argelino, un
fichaje de relumbrón con detalles de elevadísima calidad que otorgan más mérito si cabe a los rectores béticos por traerlo a Heliópolis pese a no disputar Europa. Sus regates, su habilidad con el balón, sus goles… acaparan la atención en La Palmera, pero el
Betis se sigue sosteniendo sobre un futbolista que asumió los galones desde su llegada hace dos veranos y que se mantiene como una
referencia absoluta.
Se llama
Sergio Canales y arribó
al Benito Villamarín con la carta de libertad, por lo que no
supuso ningún desembolso de traspaso y a sus 29 años atraviesa por uno de los mejores momentos de su carrera. Su incorporación conllevaba el riesgo de las lesiones, que hasta ese momento habían condicionado su trayectoria, si bien en La Palmera
ha gozado de la salud que nunca antes había tenido, lo que le otorga la continuidad que necesitaba para exhibir sus cualidades, que son muchas.
Tanto es así que
Canales lo ha jugado prácticamente todo en lo que va del presente curso, erigiéndose en el
futbolista verdiblanco con más minutos en sus botas con un total de 2.384 minutos. Esto quiere decir que el centrocampista sólo se ha perdido un partido liguero, el primero contra el Valladolid por molestias, mientras que en el resto en todos ha iniciado como titular y sólo ha sido sustituido en tres.
El segundo con más participación es el meta
Joel, con 2.348, y el tercero
Bartra, con 2.227, mientras que el primer centrocampista que aparece en esta lista se trata del citado
Fekir con 1.942 minutos,
400 menos que Canales, lo que otorga una mayor dimensión al compromiso, la resistencia e importancia del futbolista santanderino.
El cántabro es totalmente
intocable para Rubi, una pieza indispensable que ha utilizado en numerosas posiciones, reflejo también de su
polivalencia. Así, lo ha usado como
pivote puro junto a Guardado e incluso solo, lo que sí suponía una novedad, también de
falso extremo, aunque donde más aporta y más veces lo ha situado ha sido como
interior en un 1-4-4-1. Ahí despliega más su capacidad para romper líneas, con una arrancada o con su visión de juego para filtrar pases entre líneas.
El Betis entra en juego cuando él lo hace, cuando se asocia con sus compañeros y encuentra una salida con su clarividencia.
Así las cosas, Canales también aporta llegada, como evidencian los
cuatro goles que ha marcado, y, por su supuesto, habilidad para apreciar el hueco que casi nadie ve, lo que ha cristalizado en
cuatro asistencias. Datos tangibles a los que se suman otros que revelan su peso en el centro del campo bético, en la circulación, y su virtud de marcar la diferencia. Por un lado, el cántabro, en constante contacto con el balón, presenta
un elevado acierto en el pase, con un 87,8%, muy meritorio teniendo en cuenta que los riesgos que asume y en la zona en los que los suele realizar, firmando un registro de
56,4 entregas por duelo. Además, promedia
dos pases clave por envite, prueba de una verticalidad que, junto a la magia de
Fekir, brinda al Betis una enorme peligrosidad en tres cuartos.
En plena madurez futbolística,
Canales ha alcanzado en el Betis su pico más alto de valor, los 25 millones actuales, se encuentra muy a gusto en el club, porque se siente importante, ha encontrado la estabilidad que necesitaba y tiene contrato hasta 2023.
Queda líder para rato.