Xabi Gil, preparador físico del
Real Betis, quiso aclarar las
recomendaciones y el plan de trabajo que seguirán los jugadores en sus casas durante el
confinamiento por la crisis del
coronavirus. "Lo que hemos hecho es establecer unos
protocolos de trabajo. Tuvimos una reunión previa al confinamiento en casa y la plantilla nos la distribuimos en tres grupos. En esos tres
grupos, de unos ocho jugadores aproximadamente cada uno, designamos un preparador físico responsable:
Marcos Álvarez, Manel González y yo", apuntó Gil, que aseguró que abordarán un plan de trabajo conjunto y otro para cada jugador en función de sus
requerimientos específicos.
"A partir de ahí les mandamos
paquetes de tres entrenamientos, de tres días. Y dentro de esos paquetes se les envían unos
vídeos demostrativos de cómo realizar las distintas tareas en casa. Adaptamos la
programación y las tareas al espacio que ellos tienen", añadió.
"Una vez que se les ha explicado, hay un turno de
preguntas y dudas que resolvemos, y ellos tienen la
obligación de mandarnos un pequeño 'report' de cómo ha ido, la duración de la misma,
inconvenientes que se hayan podido encontrar... Y con eso preparamos el
informe final que enviamos al míster", precisó Gil, que indicó que se trata de sesiones de entre 50 minutos y una hora y en las que unos días se asumen trabajos de fuerza y otros un trabajo más
cardiovascular.
En relación a una posible
pérdida de forma, Gil puntualizó que ésta "se empieza a producir a partir de la semana u ocho días del cese de la actividad". "Esto no se produce en este caso. Los jugadores no dejan de entrenar, pero entrenan de una forma distinta. Lo que se pretende es que entremos en una fase de entrenamiento que la vamos a llamar de
mantenimiento. Obviamente, las cargas no son las mismas, el tipo de entrenamiento no es el mismo, el tipo de actividad tampoco y la
rutina diaria tampoco", manifestó.
"Los he visto muy concienciados. Ellos viven de su
rendimiento y de su condición física. Dentro del fastidio que tenemos todos, los he visto con mucha
predisposición y ganas. Todo coordinado con el
servicio médico para que todos los temas de peso, porcentaje de grasa... se mantengan. Porque eso sí desacelera las adaptaciones y la posterior puesta a punto", aclaró.
El
preparador físico insistió en que están trabajando y elaborando programaciones de entrenamiento para hallarse preparados cuando toque volver al campo. "Los chicos no están de
vacaciones. Estamos muy encima, intentando motivarlos en el día a día, para que vean que en cuanto se termine este periodo volvemos a empezar. Y, posiblemente, la densidad de partidos pueda ser mayor y eso conlleva
riesgos. Todo lo que sea el contacto físico, será esa adaptación que habrá que hacer en las primeras
sesiones. Habrá un índice más elevado de riesgo, pero el jugador que cumpla con todo lo que se le ha pautado no tiene por qué tener
problemas", afirmó.
Como
medidas de control diario el cuerpo técnico y los
preparadores físicos están en coordinación con el cuerpo médico, ya que los jugadores tienen que tomarse la
temperatura tanto por la mañana como por la noche y hay un control de
peso. "El estar en grupos de ocho nos permite estar muy encima de ellos para animarles a seguir entrenando, a que tengan unas pautas correctas y a que aprovechen esta fase para hacer cosas que no pueden hacer
habitualmente. Les ayudará a no estar
sedentarios todo el día si comparten actividades con sus
hijos. Les va a ayudar a no pensar en el proceso en el que estamos. Todo es importante. Las
plantillas que lleguen en mejor estado van a tener una ventaja. Va a estar todo muy
comprimido, llegar en ese puntito óptimo te puede dar un poquito de ventaja ante otros equipos que no sean capaces de tener tanta rigurosidad", concluyó.