Una victoria de manos gigantes para el Betis

Una victoria de manos gigantes para el Betis
El bético Nabil Fekir presiona al portero del Mallorca Manolo Reina. - Fernando Ruiz
Fernando RuizFernando Ruiz 3 min lectura
Como si de una prolongación del partido ante el Valencia se tratase, salió el Betis en Son Moix presionando en el área rival, robando balones y provocando el nerviosismo en la zaga bermellona. Así llegaría el gol de Joaquín, gracias a la picardía de Fekir dentro del área adelantándose a Baba que le acabó dando un pisotón.

Con el marcador a favor, el conjunto de Rubi no se descompuso y guardó la ropa, juntando bien las líneas para dar otro zarpazo al contragolpe, como hizo Fekir pasada la media hora de juego. Y es que el Betis se sintió muy cómodo sobre el césped balear, dominando la pelota con Guardado y Canales como maestros de ceremonia. Pedraza, que regresaba a la titularidad por la lesión de Álex Moreno, aprovechaba su potencia física para llegar a línea de fondo una y otra vez.


El Betis regresó al esquema de los tres centrales, aunque acabaría con una defensa de cuatro, siendo Bartra la novedad por la lesión de Sidnei, pero una desaplicación a balón parado en la reanudación la pagó muy cara el Betis con el gol de Lago Junior.

Falló Joel en la salida del córner y Guardado, lento, cometía penalti sobre Dani Rodríguez. Un fallo y volvía la inseguridad a la zaga verdiblanca, se contagiaron también los centrocampistas que perdieron el dominio de la parcela ancha durante casi todo el segundo acto.


Entraron Borja Iglesias, que casi no la olió, Kaptoum, que ofreció mucho trabajo y Diego Lainez, que forzó la expulsión de Lumor. Aunque para cualquier susto, ahí estaba Joel, haciéndose no grande sino gigante bajo palos para salvaguardar la segunda victoria consecutiva del Betis.

La presión a la zaga rival, clave

El Betis salió en los primeros minutos con una presión muy adelantada, provocando el nerviosismo en los centrales y los errores en su propia área, como el del penalti cometido por Baba sobre Fekir, el mejor de los verdiblancos en el primer acto.