Plano estropeó una buena idea

Sobra decir que la tarjeta roja vista por Joel Robles a los ocho minutos es indispensable para entender el partido que hizo el Betis ayer. Sin embargo, lo visto antes de ese hecho y lo apreciado después poco varía, al margen de la disposición de los futbolistas en el campo.

Salvo los minutos posteriores a la expulsión del portero, que fueron netamente del Valladolid aprovechando el estado de shock de su rival, el conjunto de Rubi se mostró ordenado y mandón en la iniciativa, y ni siquiera la superioridad numérica pucelana restó un ápice la propuesta bética.

El lunar de la roja, responsabilidad a medias entre Joel por salir en falso y los centrales por pillarles la espalda, fue olvidado con un primer tiempo de mucho ahínco y ofensividad, siempre con Fekir como estandarte.

El francés condujo bien, siempre la pidió, salió airoso de casi todos los uno contra uno y rondó el gol. Eso sí, bien escudado por Carvalho y Javi García, y con Emerson y Pedraza percutiendo por los laterales.

Mismo plan
El paso por vestuarios sólo supuso que Borja Iglesias se quedara en ellos. Porque el Betis siguió intentando hacer lo mismo, incluso tras el gol de Sergi Guardiola, neutralizado pronto por el de Loren. El marcador favoreció la puesta en práctica de un plan basado en la posesión de la pelota, igual que el año pasado, pero con más verticalidad. Sin embargo, el buen trabajo hecho con uno menos quedó en nada con la diana de Plano. No fue bueno el resultado, pero sí la propuesta.