A Quique Setién y a sus jugadores les han llovido palos de todos los colores desde la decepción del pasado jueves. No pocas fueron las voces que quisieron dar por agotado este proyecto y la temporada, pero el equipo verdiblanco irá el jueves a Mestalla con más moral que nunca, luchando por estar en la final de Copa después de reengancharse ayer a la lucha por los puestos continentales. A sólo un punto de las plazas de Europa League y a sólo tres de la Champions.
En Valladolid, el Betis demostró ser como 'ese junco que se dobla pero siempre sigue en pie' y que, 'henchido pese a todo, soporta los golpes para endurecer la piel'.
Resistió, resistió y resistió, alejándose de ese preciosismo del que en ocasiones ha sido su propia víctima; exhibiendo sobriedad y concentración defensiva, repeliendo una tromba de centros a su área (un total de 49, siendo exactos) para dejar la portería a cero y sumar tres puntos valiosísimos para recobrar la confianza antes de ir a Valencia a dejar claro que esta plantilla no va a permitir que le despierten de su sueño antes de tiempo.
De inicio,
Setién refrescó a un equipo que venía emitiendo claros síntomas de agotamiento tras dos meses seguidos jugando cada tres días. Hizo ocho cambios con respecto al pasado jueves. Modificó todo el once menos la columna vertebral formada por Mandi, Carvalho y Canales, que son tres de los cuatro fijos del técnico santanderino. El otro es un Lo Celso que se quedó en Sevilla para descansar de cara a la semifinal copera.
El Valladolid demostró haber visto y estudiado la eliminatoria europea de su rival e intentó repetir la receta del Rennes. Salió con mucha electricidad, imprimiendo un ritmo de juego muy alto, haciendo llover centros laterales y buscando el dos contra uno en los carriles a la espalda de Barragán y del recuperado Francis, que en su vuelta al once sufrió la hiperactividad de los locales Keko y Antoñito antes de cambiarse de banda para luchar contra Nacho y Hervías (luego Verde) tras la lesión de su compañero, al que suplió un Guardado que volvió a actuar como carrilero zurdo de urgencia.
El Betis exhibió fortaleza mental y una gran concentración defensiva para contrarrestar los centros laterales y las jugadas a balón parado, otros de sus puntos flacos en la eliminatoria ante el Rennes.
Si William Carvalho piensa lento, el equipo juega lento. Así, mientras en defensa brillaban los heliopolitanos, en la circulación no había fluidez y se le vio poco, muy poco, en ataque. Al principio sólo lo intentaba Lainez, muy activo en el ida y vuelta y que era el único que encaraba y que buscaba el uno contra uno. No paraba de pedirla, de ofrecerse y hasta de controlar de espaldas, lo que le costó un par de tarrascadas de Calero que le dejaron mermado y que le impidieron saltar al campo tras la reanudación. Hasta ese cambio, el mexicano acaparó protagonismo ocupando el perfil derecho de la mediapunta en
el habitual 1-3-4-2-1 de Setién, justo donde suele ubicarse un Canales que esta vez actuó en el perfil izquierdo hasta que Joaquín suplió al azteca.
Antes del ecuador había pasado poco reseñable en cuanto a ocasiones. Un potente pero centrado disparo lejano de Óscar Plano bien atajado por Pau López y un ajustado zurdazo raso desde la frontal de Lainez que Masip desvió a córner; al margen de una acción en la que Sergi Guardiola se quedó en 'stand by' dentro del área del Betis.
Irónicamente, después de 48 minutos de centros pucelanos, el Betis se adelantó en uno de sus escasos balones colgados: en el tercer y último minuto añadido de la primera mitad, Canales envió al área una falta lejana, Feddal ganó en el salto a un alocado Masip y Mandi definió con un recurso de delantero de los caros: una espectacular chilena que superó por arriba a Calero, antes de caer al fondo de la portería local. Con el golazo del argelino, que recordó al que le metió hace dos temporadas a la Real Sociedad en el Benito Villamarín, se llegó al descanso.
Sergio buscó la reacción dando entrada a
Daniele Verde, que salió hipermotivado, y a
Anuar,
cambiando al
1-3-4-2-1 y retomando la lluvia de centros laterales. Se vivieron muchos minutos de asedio local, con un paradón de Pau López como punto álgido. El catalán se estiró y sacó una mano firme abajo, al cabezazo de
Sergi Guardiola a la salida de un córner.
Ante los apuros, surgió la versión más sólida de este Betis. Algo que se demandaba desde hace tiempo.
Que "el rival también juega y lo pone difícil" es una excusa que nadie le compra a los entrenadores. El Valladolid tenía que apretar, era lo lógico. Está al borde del descenso, perdía 0-1 en su casa y empujó con corazón. Protestaba absolutamente todo, la grada rugía... La tromba era esperable. Tan previsible como el arreón del Valencia en la ida de las 'semis' de Copa al verse con un 2-0 en contra o como el Rennes en el Villamarín después del 3-3 de la ida. La diferencia, afortunadamente, es que esta vez el Betis sí supo sufrir. Se enfundó el mono de trabajo y aparcó sus pretensiones preciosistas para limitarse a repeler balones en pos de sumar tres puntos vitales para seguir en una pelea por los puestos europeos que cada día es multitudinaria.
La prueba de la ausencia de complejos a la hora de acumular gente atrás fue el tercer cambio. Setién, que
agotó dos cambios por obligación antes del 45', retiró a Sergio León para dar entrada a Sidnei, pasando a jugar sin '9', con una defensa claramente de cinco hombres, con
Javi García, Carvalho y Kaptoum por delante y con
Joaquín y Canales como jugadores más adelantados buscando alguna contra como la que montaron en el 87'.
El '6' del Betis se había movido por todo el campo con un gran índice de acierto, pero se le notaba algo cansado y no había dejado en el José Zorilla ninguna de sus poderosas conducciones de balón. Se estaba reservando para sentenciar el encuentro, en una acción en la que exhibió fuerza para aguantar los envites de Nacho y Calero, y explosión y amplitud de zancada para dejar atrás a los defensas y asistir al portuense, que la picó con sangre fría para poner el 0-2. Y, ahora, a por todas a Mestalla.
'Y pobre del que quiera robarles la ilusión'.
Ficha técnica:
0 - Real Valladolid: Masip; Antoñito, Kiko Olivas, Calero, Nacho; Keko (Anuar, m.62), Alcaraz, Míchel (Ünal, m.82), Hervías (Verde, m.53); Óscar Plano y Guardiola.
2 - Real Betis: Pau López; Barragán (Guardado, m.34), Mandi, Javi García, Feddal, Francis; Kaptoum, Carvalho, Canales; Lainez (Joaquín, m.46), León (Sidnei, m.76).
Goles: 0-1, m.45+: Mandi. 0-2, m.87: Joaquín.
Árbitro: González Fuertes (Comité asturiano). Mostró cartulina amarilla a Nacho (m.62), del Real Valladolid, y a Canales (m.20), Feddal (m.84), del Betis.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo quinta jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio José Zorrilla ante 20.125 espectadores.