Julio Cardeñosa es posiblemente, junto a Rafael Gordillo,
uno de los béticos más ilustres de la historia del club. El 'Flaco' nació en
Valladolid, donde se formó y de donde salió para jugar en el equipo de las trece barras, aunque, como él mismo reconoce en una entrevista para
'El Norte de Castilla', la historia podría haber sido bien distinta. Corría el año 74, el Valladolid tenía muchas deudas y estaba obligado a vender a uno de sus mejores jugadores y ése no era otro que
Julio Cardeñosa. "El club estaba tieso, no había ni para tabaco, y todos los años había que traspasar a algún jugador. No cobrábamos, nos debían un montón de meses de ficha,.. Así que primero traspasaron a Lorenzo, antes de que terminara la temporada, y luego fui yo".
La operación fue tan curiosa que
a punto estuvo de cambiar el curso de la historia para él y obviamente para el fútbol de nuestra ciudad. Y es que antes que el Betis, fue el
Sevilla el que se interesó por él y el que llegó a negociar incluso su traspaso. "Pero todo se torció a última hora porque el
Sevilla pagaba en letras y el Valladolid quería efectivo, así que el Betis se adelantó", recuerda Cardeñosa.
Trece millones de pesetas de la época tuvieron la culpa. Trece millones con los que el Valladolid saldó gran parte de su deuda. "Era una pasta", relata Cardeñosa, que aún recuerda cómo le sacaron a hombros sus compañeros porque gracias a su traspaso pudieron cobrar los atrasos.
En las filas del Betis,
Cardeñosa se convertiría en todo un mito. En 1985 colgó las botas y empredió una etapa en los banquillos, para terminar sus días en activo como agente de seguros. Ahora, ya jubilado, recuerda con nostalgia aquellos años. "El fútbol ha evolucionado mucho, pero sobre todo en dos aspectos importantes, en la táctica y en la preparación física. El futbolista está ahora muchísimo mejor preparado. Posiblemente los futbolistas de
antes fueran técnicamente mejores, seguramente porque jugábamos en patatales. ¡Ojalá nos hubiéramos encontrado campos como los de ahora! Teníamos más dificultades para todo, para entrenar, las botas, y los balones, que cuando se embarraban pesaban siete kilos", rememora.
"¡Claro que lo miro y lo busco en la clasificación! Fue un poco milagro lo del ascenso porque estaba la cosa muy mal, pero cogió una racha buena, se montó en la ola y ahí sigue", comenta sobre el Valladolid quien también logró un
ascenso como técnico del Betis en la temporada 89/90.En cuanto a los verdiblancos,
Cardeñosa compara el estilo de juego de Setién con el que se practicaba en su época. "Son formas distintas de jugar al fútbol, a nosotros también nos gustaba tener el balón pero mirábamos más a la portería. Pero Setién no ha cambiado desde que entrenaba en
Segunda B y no lo va a hacer ahora. Cuando llegó al Betis no dábamos mucho por esa forma de jugar, sobre todo por el tipo de jugadores que tenía, y sin embargo ahora se sienten muy cómodos en ese sistema y aunque les está costando llegar al área con peligro, ha mejorado mucho el aspecto defensivo y ahora se trata de encontrar el punto de equilibrio. Probablemente tenga el mejor centro del campo de su historia".
Y de cara al partido del domingo, advierte que, pese a su propuesta protagónica, al Betis
no le será fácil doblegar al Valladolid. "La forma que tiene de jugar uno y otro son completamente opuestas, pero eso no quiere decir nada porque el Valladolid está en un buen momento y puede contrarrestar bien el juego de posesión del Betis. Desde luego no le va a ser nada fácil al Betis", sostiene, sin rodeo ninguno sobre lo que son sus preferencias. "Podía decir que gane el mejor, pero no. ¡Que gane el Betis! Luego ya veremos en el de vuelta a ver quien lo necesita más", termina.