A los equipos de
Quique Setién se les suele dar mucho mejor jugar en su feudo que fuera, porque es el de casa el obligado a ser protagonista, lo que precisamente persigue al cántabro, sea donde sea. Ser visitante, normalmente, exige ceder metros, juntarse más y realizar transiciones más rápidas para aprovechar los espacios que te deja el rival. Al Betis,
a contraestilo, le estaba yendo realmente bien, hasta que recordó que su técnico le exige salir desde atrás tocando. A partir de ahí cambió todo.
Tras el parón, para algunos, y los partidos internacionales para otros, Setién
apostó por la frescura, dejando fuera del once a todos los que habían estado fuera las dos últimas semanas,
excepto a Durmisi, quien no jugó con Dinamarca y que esta noche tendrá
pesadillas con Castillejo. Escribá, en cambio, puso lo que tenía.
Los dos equipos llegaban a la cita con distinta cara. El Villarreal, con una crisis prematura; el Betis, crecido tras doblegar, con buen fútbol, al Celta. Quería repetir.
Empezó más fuerte el más necesitado,
poniendo a prueba a Adán fuera de su área, con disparos lejanos y con centros laterales. Fogueo.
El Betis golpeó primero. Tras una recuperación,
Feddal cambió el juego de manera magistral hacia
Barragán, éste vio la carrera de
Joaquín a la espalda de la zaga amarilla y el portuense, cómo entraba al punto de penalti
Sergio León, quien fusiló con su testa (11’).
El tanto no cambió el panorama. Es decir, Betis y Villarreal siguieron con los papeles intercambiados: eran los amarillos los que tenían el cuero y trataban de llegar y los verdiblancos los que esperaban ordenados para robar y salir rápido.
Estaban cómodos los verdiblancos en ese contexto, realmente, pero ya se sabe que
la cabra tira al monte. Para Setién, sus equipos deben tener el balón el mayor tiempo posible, para atacar, defender o descansar, y sus pupilos lo intentaron,
con una terrible consecuencia. Adán se la dio en corto a Amat -tan en corto que el catalán estaba en la línea de fondo-, el central, ante la presión rival, se la devolvió -a su pierna mala- al meta, quien
controló el cuero defectuosamente, estando por allí Bacca. El colombiano, obviamente, no lo desaprovechó (32’).
Fue muy grave, pero ese fue el único error en la primera parte de un Adán que estuvo firme (Samu tenía loco a Durmisi, sin ayudas de Tello). Bueno, el mejoreño y
el palo, donde se estrelló el cañonazo de un
Rodri que estaba siendo amo y señor del centro del campo.
Y es que de
Tello, quien disfrutaba de su primera titularidad, hubo muy
pocas noticias, y todas negativas. Con
Sanabria ya en el campo por Sergio León (un cambio extraño que se volvió en contra), el extremo catalán
pudo poner al Betis por delante, de no estrellar el balón contra Barbosa. Curiosamente, fue
gracias a otra contra, no por domino en campo contrario. Justo después, en el 60’,
Tello perdió un balón que condujo Trigueros con maestría y que acabaría
en los pies de Samu, primero, y después
en la escuadra derecha de la meta de Adán (61’). El golpe fue mortal, porque ya el Villarreal se dedicó a jugar a lo que mejor sabe: juntarse y salir en rápidas transiciones. Unos minutos después, en el 77, llegó
el 3-1, obra de Enes Ünal.
No pasó más, ni aun estando
Guardado en el campo, porque el Betis se quedó con espacios para correr. A lo mejor es que fuera hay que jugar de otra forma. Es el segundo aviso, tras el del Camp Nou.
Ficha técnica:3 - Villarreal: Barboza, Rukavina, Álvaro, Víctor Ruiz, Jaume Costa, Rodrigo (Semedo, m.87), Manu Trigueros (Chuca, m.84), Samu Castillejo, Fornals, Bakambu y Bacca (Ünal, m.69).
1 - Betis: Adán, Barragán, Amat, Feddal, Durmisi, Camarasa (Guardado, m.74), Javi García, Narváez, Joaquín, Tello (Nahuel, m.77) y Sergio León (Sanabria, m.58).
Goles: 0-1, m.11: Sergio León. 1-1, m.32. Bacca. 2-1, m.61: Castillejo. 3-1, m.77: Unal
Árbitro: Medié Jiménez (comité catalán). Amonestó por el Villarreal a Jaume Costa, Álvaro y Rukavina. Sin tarjetas para el Betis.
Incidencias: partido disputado en el estadio de La Cerámica ante 18.600 espectadores.