El futuro de
Roman Zozulia no está nada claro. Si bien es cierto que el delantero ucraniano ha jugado bastante en los cuatro amistosos que ha disputado el equipo hasta el momento, saliendo de titular en tres de ellos y acumulando un total de 194 minutos –el quinto que más, sólo por detrás de
Fabián,
Barragán,
Nahuel y
Pezzella-, no lo es menos que
Quique Setién no lo tiene entre sus planes para la próxima temporada. El técnico espera la llegada de un nuevo delantero tras la marcha de
Rubén Castro al fútbol chino, que complete el ataque junto a
Sergio León y
Sanabria.
El punta ucraniano, por su parte, ha tratado de convencer al entrenador durante los entrenamientos y su intención es cumplir los dos años de contrato que tiene aún con el
Betis.
Serra ya le ha comunicado a sus agentes que le busquen una salida, pero éstos no están encontrando otra cosa que trabas a la hora de ofrecer a su futbolista en diferentes equipos.
Lo sucedido el pasado año con el
Rayo Vallecano y sus aficionados tiene mucho que ver con ello. Parte de la grada más radical del conjunto franjirrojo, en especial la facción de los Bukaneros, acusaron injustamente al bético por su
presunta filiación neonazi, lo que provocó que los clubes rompieran el contrato de cesión. Tras varios intentos fallidos de sus agentes de encontrarle equipo, Roman tuvo que volver al
Betis, donde estuvo entrenándose sin posibilidad de jugar el resto de la temporada.
Única alternativaDe nuevo a la carga este verano, los clubes que han recibido el ofrecimiento de
Zozulia temen que suceda algo similar a lo que ocurrió en enero en caso de acceder a su contratación, de ahí que encontrar un nuevo equipo para el ex del
Dnipro se esté convirtiendo en una misión casi imposible.
La única alternativa viable a día de hoy parece la rescisión, lo que lógicamente conllevaría un importante gasto que, si bien el
Betis puede asumir, preferiría no tener que afrontar.