Decir
Buenaventura es decir
Betis. Y, si bien
Pedro Buenaventura Ugía, actual coordinador de los escalafones inferiores y otrora técnico del filial ha contribuido a esta asociación de ideas, él mismo se rendiría a la evidencia de que toda la 'culpa' la tiene su padre, una leyenda en mayúsculas, tan ligado al escudo de las trece barras que nadie, jamás, pudo poner en duda un ápice de su compromiso.
Por esta misma razón, el fallecimiento en la madrugada de este martes de
Don Pedro Buenaventura Gil dolió, incluso, a los que no sienten ni han sentido nunca en verdiblanco. Y, por esta misma razón, el club de sus amores no sólo fue el portavoz de tan mala nueva a primera hora de la mañana, sino que le dedicó un sentido pésame y un extensísimo perfil a modo de necrológica en el que se glosaba el interminable currículum del trianero, santo y seña de una institución a cuyo servicio estuvo durante más de la mitad de su vida. Cuatro décadas largas, que se dice muy pronto.
Don Pedro murió en
Sevilla a la edad de 86 años, dejando esposa (
Doña Carmen Ugía) y dos hijos (
Pedro y
Lorenzo), ambos intensamente relacionados con el fútbol que tanto amó. Detalla el Betis en su comunicado que Buenaventura era y es "un nombre legendario en la historia contemporánea" de la entidad, "a la que sirvió lealmente durante más de cuarenta años, hasta erigirse en el gran referente del ‘staff técnico’ heliopolitano en este tiempo".
Y es que, "en su dilatada carrera, fue entrenador de los equipos juveniles, encargado de la cantera (cargo que ahora desempeña su hijo menor), delegado de campo y de viajes, representante del club en la
Real Federación Andaluza de Fútbol y en la
Escuela de Entrenadores, responsable de la secretaría técnica verdiblanca durante diez años y, en diversas ocasiones (1977, 1982, 1988 y 1989), afrontó con extraordinaria profesionalidad la responsabilidad de dirigir al primer equipo verdiblanco". Habría que añadir aquí que lo hizo como apagafuegos las más de las veces, acudiendo al rescate de un conjunto moribundo o, como poco, en apuros.
Y finaliza la nota: "Un ejemplar hombre de club, cuyo legado se ha perpetuado en la entidad a través de la figura de su vástago
Pedro, quien en la actualidad ocupa el cargo de Director de la Cantera del Real Betis Balompié. La entidad quiere trasladar sus condolencias más sentidas a su esposa, a sus hijos y al resto de sus familiares y allegados. DEP".
El historiador
Manolo Rodríguez recuerda que
Buenaventura fue reclutado por "el mítico
Pepe Valera (campeón de Liga en 1935 y el gran creador de la cantera bética en los años más difíciles)" a mediados de los 70. Luego, este hombre para todo con carnet de entrenador regional desde 1962 se estrenó con el primer equipo en la vuelta de la primera eliminatoria copera de la 76/77, a la postre con el primer título de este torneo para los verdiblancos. "Procurad ganar hoy, porque va a ser la única vez en mi vida que me siente en el banquillo del
Betis, y no quiero que me recuerden por una derrota", dijo ese día a los jugadores. Ganaron 5-1 al Barakaldo, pero se equivocó. Volvió varias veces más. Las que hicieran falta.