Se llama
Aitor, sólo tiene 7 años y se ha convertido en todo
un símbolo del beticismo. El pequeño se hizo famoso por captar la atención de las cámaras de
‘El Día Después’ (un programa de
‘Movistar+’) en el partido que el Betis disputó ante el
Espanyol en Cornellà, el pasado 31 de marzo. Enfundado en su camiseta de las trece barras, celebró por todo lo alto el gol de penalti de
Rubén Castro en el 77 que hacía presagiar que los verdiblancos se llevarían los tres puntos. Sin embargo, no fue la celebración lo que le hizo popular, sino su madurez precoz al reaccionar con un “Me conformo con el empate”, cuando
Javi Fuego hizo el 1-1 en el 84’ y, sobre todo, después del gol de
Reyes en el 93’. Cuando se iba del estadio, tras la derrota, la conversación con su padre se hizo viral. “A veces, se pierde. Hay que saber perder”, le decía su progenitor. A lo que Aitor respondió:
“Ya, yo ya estoy acostumbrado, porque ya perdí varias veces”.Esa resignación
conmovió a toda la afición bética y a toda España. Tanto es así, que la cadena pactó con el club invitar a Aitor y a su padre a conocer el Benito Villamarín y asistir a un partido del Betis como local. ¡Qué mala suerte para el chaval! Ese partido fue el del domingo ante el
Alavés y esos mismos jugadores, a los que tantísima ilusión le hizo conocer y saludar en la previa, le ‘dedicaron’ un 1-4 humillante y
volvió a Cataluña con la misma resignación de aquella noche en Cornellá. La suerte tampoco le sonrió esta vez; pero
Aitor es todo un ejemplo: sin familia andaluza y
sin nadie de quien heredar el beticismo, nació bético y está orgulloso de ello... Y eso que el equipo no le da motivos para ilusionarse.