Resulta tremendamente complicado explicarse por qué
Gustavo Poyet tuvo a Dani Ceballos en el más absoluto ostracismo. Del banquillo a la grada y de la grada al banquillo, semana tras semana. Y no era por no entrenarse lo suficiente, pues el canterano lo hacía incluso en
sesiones dobles, por su cuenta, para no perder la forma.
El '10' verdiblanco reconoció recientemente que, de no haberse ido el técnico uruguayo,
hubiese buscado una salida en enero y que fue la llegada de
Víctor Sánchez del Amo la que le hizo cambiar de parecer. El madrileño le entregó su total confianza y
Ceballos se la está devolviendo con
esfuerzo y mucho fútbol. No en vano, se ha convertido en el
líder absoluto del cuadro heliopolitano, en
el jugador que más balones toca y en el jugador que más recupera (unos 10 por partido); el que inicia las jugadas y el que da el último pase.
Por ello, en el Benito Villamarín ya han puesto la maquinaria en marcha para tratar de
hacerle una nueva renovación, que implique, además, un
aumento de su cláusula de rescisión. Actualmente, la misma es de
15 millones de euros, lo que supone una cifra baja para clubes como
el Atlético de Madrid o el Nápoles, los cuales siguen atentamente las evoluciones de un centrocampista que ha logrado
regresar a la selección española sub 21 y que será uno de los futbolistas que más ojeadores congregarán a su alrededor en
el próximo Europeo de su categoría, a buen seguro.
A Ceballos
es harto complicado arrebatarle el cuero, porque posee capacidad para deshacerse de rivales mediante un
buen repertorio de regates, porque, aun sin ser rápido, tiene una
notable conducción y, también, por esa capacidad que sólo tienen unos pocos de
girarse y salir de la presión cuando le están encimando uno o varios adversarios.
Es por ello que los equipos que se enfrentan al Betis
suelen frenarlo mediante infracciones. Saben que, si Ceballos alcanza con la pelota en los pies los tres cuartos de campo, puede suceder algo, y tratan de evitarlo por todos los medios. En la última jornada,
ante Osasuna, por ejemplo, fue el hombre de campo que recibió más faltas, siete (
gráfico 1), aunque es una estadística habitual desde que Víctor se ha hecho cargo del equipo verdiblanco.
Y es tan habitual que el canterano ya es
el segundo jugador de LaLiga que más faltas recibe por partido (
3,4), siendo sólo superado en este aspecto por
el mayor virtuoso del campeonato. un
Neymar Jr. que paran de forma antirreglamentaria hasta
4,4 veces cada 90 minutos.
El tercero, curiosamente, es otro bético,
Petros Araujo. En el caso del brasileño, más que el desborde, existe un motivo de choque: suele robar una imporante cantidad de balones por tackles y suele ser derribado justo después. De hecho, Petros es el quinto jugador de LaLiga, con 3.8, que más entradas hace por encuentro. Únicamente realizan más
Casemiro (5), Marcos Llorente (4,5), Sergio Álvarez (4,1) y Víctor Sánchez (4).
Los que más faltas reciben por partido en LaLiga:
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