Revalorización, una premisa para fichar en el Betis

Revalorización, una premisa para fichar en el Betis
La llegada de Muniesa se ha enquistado. - Óscar Murillo (@OscarMurilloED)
Óscar MurilloÓscar Murillo 5 min lectura
Fiel a su historia reciente, el Betis se toma con calma la búsqueda de un central zurdo y un mediocentro creativo que completen su plantilla en este periodo invernal, hasta el punto de que, si bien se han sentado ya las bases y definido los objetivos definitivos, con un orden de prioridades, se apurarán los plazos para no malgastar dinero ni esfuerzos. Como ya se ha apuntado varias veces en las páginas de ED, la dirección deportiva y el consejo de administración coinciden en la pertinencia de hilar fino en este asunto, tanto por la parquedad de recursos monetarios a la hora de acudir al mercado como por la continua aparición de oportunidades interesantes conforme se va acercando el ‘deadline’. Una de ellas, la que avanzaba esta semana este diario, el internacional griego Georgios Tzavellas, ofrecido desde finales de diciembre hasta por tres intermediarios distintos y adornado en los últimos días por su condición de agente libre, una vez desvinculado de PAOK.

Con todo, Miguel Torrecilla ha hecho saber a sus interlocutores que una de las premisas más valoradas a la hora de fichar en enero será el margen de revalorización que tengan los que lleguen. Y es que, en una entidad de este perfil, el crecimiento a medio y largo plazo debe ir condicionado a obtener rendimiento durante los primeros años del contrato de un jugador y plusvalías con hipotéticas ventas futuras. Para ello, como es lógico, la juventud se antoja un valor añadido, por lo que ‘veteranos’ de 29 años como el mencionado Tzavellas u otro de los ofrecidos, el zaguero y pivote ambidextro del Legia de Varsovia Michal Pazdan (de la misma edad), quedan aparcados a la espera de opciones más redondas. Ni el heleno ni el polaco están descartados, aunque sus adquisiciones sólo se retomarían en caso de seguir siendo accesibles en las postrimerías de la ventana actual y de fallar las vías preferidas. Por ejemplo, aunque no es ningún secreto que el elegido para potenciar la retaguardia era Marc Muniesa, el compatriota del segundo de los apuntados, Jaroslaw Jach (22 años), gusta más por todo lo referido.

En este sentido, los fichajes postreros de Donk (30) y el capricho de Poyet Manu Herrera (34) falsearon en verano una media de edad muy bajas de las incorporaciones, pues Nahuel tiene 19 años y Sanabria apenas cuenta 20, mientras que Durmisi (22), Álex Alegría (23), Brasanac (24), Mandi (24) se encuentran en una horquilla reducida. Los 25 años de Felipe Gutiérrez, así como los 26 de Zozulia y Jonas Martin tampoco constituyen una edad disparatada, por lo que la tónica de tener en cuenta el carnet de identidad no es ninguna novedad, sino que forma parte de una hoja de ruta clara.

En la planta noble del Villamarín estaban dispuestos a esperar un poco más a Marc Muniesa, quien, a sus 24 años -cumple 25 el próximo mes de marzo-, encaja en lo que se pretende para dar continuidad al proyecto: hambre deportiva, posibilidades de revalorización, experiencia en la alta competición, calidad para la salida de balón, contundencia, dominio del juego aéreo (pese a su 1,80) y polivalencia (pues pueda actuar tanto de central zurdo como de lateral en las dos bandas y de pivote defensivo, anotando goles en casi todas ellas. Sin embargo, la reunión que ha mantenido el zaguero con Mark Hughes en las últimas horas, y las declaraciones posteriores de ambos, invitan a pensar que no será el catalán quien llegue, al menos ahora, para reforzar la retaguardia verdiblanca.