´Ahora, Betis, ahora´ luchaba en los días previos contra una baja participación que complicaría su capacidad de respuesta si se cumple la solicitud del cese de los administradores que temen o peligra la aprobación de cuentas.
Llega el 30-D. Un nuevo examen final para el Real Betis. No sólo para sus rectores, sino para la propia institución. Otro capítulo de una eterna historia de inestabilidad que se ha ganado por méritos propios la condición de ´culebrón´. El actual consejo de administración y su antecesor trataron de ganar tranquilidad antes de que se pronuncien los tribunales de manera definitiva, lo que ocurrirá previsiblemente entre 2017 y 2019, aunque Lopera confirmó las expectativas de que no quiere pactos, sino seguir teniendo voz y, sobre todo, voto en las decisiones que se tomen en verdiblanco. Por tanto, toca volver al barro, a la lucha del día a día.
De esta forma, Haro y Catalán, que sólo han logrado engordar su representatividad particular hasta el 8%, deben afanarse cada año en convencer a otras fuerzas progresistas (Béticos por el Villamarín, Fundación Heliópolis, PNB), así como a movilizar al mayor número posible de acconistas minoritarios para hacer frente a la alianza Farusa-Castaño, que parte con alrededor del 25% de los títulos como aval, ya que el 31,38% sigue retenido por el Juzgado de lo Mercantil.
Esta tarde, la cita será a partir de las 20:00 horas en el Hotel Silken Al-Andalus, escenario que albergará -salvo que no se logre quorum, lo que trasladaría la segunda convocatoria al 17 de enero de 2017, aunque suele estar presente más del doble del aforo requerido habitualmente en estas asambleas- una junta general en absoluto ordinaria por lo muchísimo que hay en juego. Las partes deslizaban en la víspera un empate técnico en torno al cuarto del total en lo que a representatividad se refiere, por lo que será el goteo final, en el que confía ´Ahora, Betis, ahora´ ciegamente, quien decante la balanza. Porque Haro y Catalán recelan de la calma chicha que se respira en la otra acera, presa de un ´silenzio stampa´ que compensaría las pérdidas que ocasionaba cada intervención pública de Castaño antes del 23-S.
Los vigentes rectores heliopolitanos se han afanado estas Navidades en recordar al beticismo que su movilización se antoja fundamental, como siempre, ya que desde la oposición se han encargado de filtrar que nada extraordinario se dirmiría hoy. Antes al contrario, Ángel y José Miguel están seguros de que algún accionista con más de un 1% solicitará hoy su cese, incluso aunque este punto no esté incluido en el orden del día. Tildados de ´asustaviejas´ desde ciertos sectores del entorno, el villaverdero y el hispalense anuncian que, de prosperar este paso, la entidad quedaría descabezada hasta febrero, con consecuencias gravísimas en pleno mercado invernal.
Además, no ésta la única posible votación que preocupa a Haro y Catalán, ya que, además de la modificación de diferentes artículos de los Estatutos Sociales, se analizarán otros asuntos importantes, desde la integración del baloncesto y el fútbol sala en la estructura del Betis como, especialmente, la aprobación de las cuentas y el presupuesto, así como el informe de gestión. El beneplácito de la mayoría del accionariado en este punto es ´conditio sine qua non´ para que la continuidad sea una realidad, por lo que el examen versará sobre varias materias, no sólo una.
Sea como fuere, Manolo Castaño asegura en ´petit comité´ que no presume éste como su momento, aunque lo aguardará con impaciencia durante el año que comienza el domingo. Por ello, avanza que actuará con responsabilidad en los puntos más delicados de la junta, exigiendo al máximo a los actuales responsables del consejo, pero sin apoyar, llegado el caso, la petición de su cese. Tiempo al tiempo, añaden desde ´ABA´. Por si acaso, instarán a los presentes a que cualquier movimiento en tal sentido se produzca en los albores del cónclave para no dilatar en demasía una cita que amenaza con adentrarse en la madrugada. Como de costumbre. Por desgracia, nada nuevo bajo el sol de Heliópolis, si bien la incertidumbre tradicional aumenta varios grados con este particular contexto.