De ser "
un jugador de Play Station", como dijo uno de sus primeros técnicos tras ver
su estreno en LaLiga, a
no contar absolutamente nada. La situación de
Charly Musonda Jr. en el Betis ha dado
un vuelco inesperado y, a unas tres semanas de que se reabra el
mercado de fichajes, todo apunta a que el club verdiblanco
romperá su cesión para así ahorrarse ciertas cantidades que le permitirían
reforzar el equipo en las zonas que desea
Víctor Sánchez (así lo reconoció el propio Miguel Torrecilla).
El belga se ha encontrado con
dos grandes problemas: primero,
las lesiones, las cuales le impiden entrenarse con regularidad (no en vano, en estos momentos vuelve a encontrarse en Inglaterra); y segundo,
el sistema empleado por el técnico madrileño desde su llegada, un
5-3-2 sin extremos que obligan a Musonda a jugar arriba, donde la
competencia (Rubén, Sanabria, Joaquín, Alegría...) es enorme. Así las cosas, pese a que en la capital hispalense
es feliz, dar por cerrado su segundo periplo en La Palmera también le convendría, dado que lo que necesita es jugar lo máximo posible.
Su situación no se le escapa nadie, menos aún en su país de origen, donde ya ha aparecido, según 'Het Nieuwsblad', el primer interesado de peso en acogerle en enero,
el Anderlecht. Es el club en el que jugó
su padre, Charly Musonda, y en el que el todavía extremo verdiblanco
se crió, hasta marcharse en 2012 al Chelsea.
La entidad londinense desea, igualmente, que Musonda tenga minutos y el Anderlecht se presenta como un destino ideal, pues podrá luchar por la liga (es actualmente tercero, tras Zulte Waregem y Brujas) y jugar con asiduidad, dado que
Diego Capel no está convenciendo y que otro de los extremos,
Andy Kawaya, se ha fracturado la tibia.
Con todo, se empieza a aclara el futuro de Musonda, en quien la afición bética tenía
muchas esperanzas puestas y que podría acabar regresando a su país.