Alberto Viñuela4 min lecturaLuka Doncic compareció ante los medios de comunicación de la NBA después del último partido de los Mavericks, el que perdieron ante los Spurs por 117-138 y ratificó el desastroso final de temporada del equipo, que se ha quedado fuera del play-in tras renunciar a competir en los dos encuentros que cerraron el curso. El base esloveno quiso cortar de cuajo las especulaciones sobre una posible marcha de Dallas: Estoy feliz aquí, así que no hay nada de qué preocuparse".
Nada más consumarse la eliminación de los Mavericks comenzó el ruido sobre la posibilidad de que a corto o medio plazo Doncic pidiera un traspaso. La necesidad de refuerzos en la plantilla era evidente cuando en febrero llegó Kyrie Irving, pero lo sigue siendo ahora que el base ha cerrado su quinta temporada en la NBA, la más decepcionante pese a sus extraordinarios números: 32,4 puntos, 8,6 rebotes y 8,0 asistencias de media.
"Algo tiene que cambiar, seguro. El año pasado fuimos a la final del Oeste. Nos divertíamos. Siempre hablo de la química que teníamos. Fue genial. Pero algo tiene que cambiar", advirtió el jugador esloveno, que espera seguir con Irving la próxima campaña: "Creo que encaja muy bien. Obviamente, la gente verá los resultados y dirá que no, pero la química y las relaciones llevan tiempo. Ojalá pueda estar aquí". En los partidos que compartieron el balance fue de 5-11, el peor porcentaje de victorias (31,3%) para dos compañeros All Star desde la fusión ABA-NBA en 1976.
El propietario de los Mavs, Mark Cuban, ya dijo recientemente que tenían que asegurarse la lealtad de su estrella. "Le gustaría estar aquí toda su carrera, pero tenemos que ganarnos eso. Los jugadores no acostumbran a estar 17 años en la misma franquicia", afirmó consciente de que han de moverse en el mercado este verano para reforzar el equipo y satisfacer las aspiraciones de Doncic de estar en la lucha por el anillo.
Doncic consideró "normal" esa crispación de la que habló hace unas semanas cuando se acumulaban las derrotas y se complicaba el objetivo mínimo del play-in. Los Mavs han terminado undécimos del Oeste con un balance de 38-44 cuando en febrero, antes del fichaje de Irving eran cuartos y tenían un 96% de opciones de meterse en playoffs directamente. En los dos últimos meses de temporada regular, el balance fue de 7-18. Un bajón que ya forma parte de la historia negra de la NBA.
El desplome se finiquitó en el partido ante los Bulls, con los Mavs apurando sus opciones de estar en el play-in. Sentaron a piezas importantes del equipo, incluido Irving, y Doncic sólo jugó 13 minutos. La franquicia decidió mirar al futuro conservando una de las 10 primeras elecciones en el próximo draft antes que vivir el presente y tratar de estar en los playoffs. "No me gustó esa decisión. Eso es todo, aseguró el base esloveno. La NBA, por cierto, investiga las "decisiones sobre la plantilla y la conducta durante el partido", según anunció Mike Bass, portavoz de la NBA: “Podría haber sanciones”.