Si hay en este momento una institución deportiva que esté en el centro de la actualidad esa es sin duda el Fútbol Club Barcelona, y no precisamente por sus éxitos deportivos. Tanto la sección de fútbol como la de baloncesto están pasando por momentos muy tensos debido a que por un lado el caso de la inscripción de Dani Olmo está llenando ríos de tinta desde final de 2024, pero es que ahora se ha sumado un caso igual de bochornoso, pero en la sección de baloncesto, el de Thomas Heurtel. El ex base de culés y Real Madrid iba a ser la incorporación de emergencia del combinado blaugrana, sin embargo, todo se ha ido al traste cuando en jugador ya estaba en Barcelona.
Todo parecía ya hecho, pero finalmente el base internacional francés no volverá a jugar en el Barça, después de que el club catalán haya descartado definitivamente su fichaje por las presiones de la afición después del revuelo generado. Un nuevo varapalo para los de Joan Peñarroya, para los que Heurtel era una de las opciones que barajaban para suplir al brasileño Raul Neto, a quien se le dio la baja este jueves, cinco semanas después de ser contratado para relevar a Nico Laprovittola, lesionado de larga duración.
El internacional brasileño apenas ha podido disputar ocho minutos como azulgrana a causa de sus problemas físicos, y Heurtel, base de 35 años, experiencia contrastada y actualmente sin equipo, tras rescindir su contrato con el Shenzhen Leopards, parecía una oportunidad de mercado. De hecho, el base francés ha aterrizado este viernes en la capital catalana dispuesto a pasar la revisión médica y firmar hasta final de temporada. "Estoy más que preparado y más que motivado. Con muchas ganas de empezar".
Pero el revuelo generado entre la afición azulgrana por su posible regreso ha acabado frenando la operación, recordando a la situación que ya se vivió en diciembre de 2020, cuando el entonces el entrenador del Barça, Sarunas Jasikevicius, no dejó subirse a Heurtel al avión de regreso tras disputar un partido en Estambul al enterarse del jugador estaba negociando con el Real Madrid su salida del club catalán, que pensaba darle la carta de libertad al pensar que iba a fichar por el Fenerbahce. El francés acabó marchándose para jugar en el eterno rival, un comportamiento que muchos en la entidad azulgrana no han olvidado y que la afición del Palau ha considerado siempre una traición, y que le ha acabado costando su vuelta.