El
Sevilla F.C. contó con todas las facilidades del mundo para imponerse en el
Sánchez-Pizjuán frente al
Akhisar turco, que a los diez minutos de partido ya perdía por 2-0. Un encuentro ante un rival claramente inferior que
Pablo Machín utilizó para refrescar su once habitual y repartir esfuerzos entre las piernas de todos sus pupilos.
Cinco cambios en el once con respecto al duelo frente al Barcelona, entre los que destacaron
Roque Mesa, por
Banega en el centro del campo,
Aleix Vidal y la pareja de delanteros formada por
Quincy Promes y
Luis Muriel, por
Ben Yedder y
André Silva. El soriano, que mantuvo el dibujo, optó por hombres que requerían una oportunidad para subirse al carro, destacando el golazo de Roque, las ganas del holandés Promes o el esfuerzo de Muriel.
Al margen de ello, un trámite sin mayor trascendencia que el conjunto nervionense supo matar en la primera mitad, marchándose al descanso con un
3-0 a favor, a pesar de que los turcos adelantaran su línea de presión e inquietaran algo más a los nevionenses, tras un inicio de partido adormecido que les acabó lastrando el resto del encuentro.
Tras el paso por vestuarios, ya con 4-0 en el marcador,
Machín optó por seguir dando refresco a los suyos (
Navas,
Sarabia,
Carriço) e intentar enchufar a más jugadores (
Nolito y
Amadou, que volvía de lesión). Un final de partido en el que los blanquirrojos aprovecharon para ampliar el marcador y golear a un equipo, el otomano, que no mostró resistencia ninguna y que, seguramente, fue de los más flojos que se han paseado por
Nervión.