Uno de los eventos del año en el mundo del deporte es sin duda la final de Roland Garros, que claro está que es uno de los cuatro grandes torneos del tenis, pero es cierto, que sobre todo para los españoles, por la historia que tiene, no es una prueba más. En total hasta 10 tenistas patrios se han hecho con la 'Copa de los Mosqueteros', y especialmente gracias a Rafa Nadal, desde hace más de dos décadas, es casi una tradición sentarse delante de la televisión un domingo de junio a ver a un jugador nacional conquistar París. Y ayer fue el turno de la nueva estrella, Carlos Alcaraz, quien lo hizo por primer vez.
Y fue a lo grande, en un auténtico partidazo de casi 4 horas y 20 minutos, en el que remontó a Alexander Zverev para vencer en cinco sets. Pero pese a que fue un partido para el recuerdo, estuvo marcado por un triste momento puntual, en el cuarto juego del quinto set, cuando el teutón tenía bola de break, Alcaraz se jugó un segundo saque a la T, y fue muy justo, tanto que primero cantaron mala, lo que daba el 'break' a Sasha, pero el juez de silla bajó a ver el bote y consideró que era buena, por lo que se repitió el punto y se lo llevó Carlitos.
El problema es que tras verse en televisión el 'ojo de halcón' oficioso, esa bola no había entrado por 2 milímetros, y pese a lo que puede parecer de un jugador tan temperamental como el hamburgués, no se lo tomó mal. "Es frustrante, pero es así, los árbitros se equivocan, son humanos. Sería mejor que se evitaran estos errores", eso sí, el germano reconoció que de cara al próximo Roland Garros le alegra que se introduzca de una vez por todas el ojo de halcón, lo que evitará este tipo de situaciones.
El error arbitral lo toma casi como una anécdota, porque considera a 'Charly', el justo ganador de una batalla muy elegante entre ambos y ya espera la siguiente. "Normalmente yo no tengo calambres en los partidos, pero contra Carlos es diferente, la intensidad que impone es superior. Tendré que prepararme para eso en el futuro. Creo que he jugado bien, pero que he dejado escapar oportunidades". Sobre todo, destaca "la intensidad" del tenis del murciano "con respecto a otros rivales" y todo lo que la puede alargar en el tiempo. "Puede mantenerla hasta el quinto set. Yo en ese momento ya no le pegaba tan fuerte. Tengo que ver qué puedo hacer para llegar al mismo nivel que él".