Montecarlo soñaba con un Djokovic-Sinner, un duelo que rememorase ése que se vio en el Open de Australia y que enfrentaría al número uno del mundo ante el dos y mejor tenista de la temporada. Sin embargo, lo que verá este domingo será un duelo entre el noruego Casper Ruud y el griego Stefanos Tsitsipas.
No es que sea un partido malo, pues ambos son finalistas de Grand Slam, pero no estaban entre los favoritos a estar activos aún en este último día. Tal vez lo de Tsitsipas, por haber ganado dos veces en el Principado de Mónaco, podría esperarse una vez que llegó a semifinales, ante un Jannick Sinner que no brilla igual en tierra batida como lo hace en otras superficies. Sin embargo, al que no se esperaba nadie es a un Ruud que siempre fallaba ante los más grandes y en los partidos importantes.
Hasta tres finales de Grand Slam lleva perdidas en nórdico. Ante Nadal, Djokovic e, incluso, el joven Alcaraz parecen aflojársele las piernas cada vez que se las ve con ellos. Con Nadal pierde el cara a cara por 2-0, 4-0 ante Alcaraz, 3-0 con Medvedev, 2-0 con Sinner... Con Djokovic había perdido los cinco partidos en los que se había enfrentado, pero este sábado, al fin, rompió ese maleficio. Tal vez tantos traspiés hicieron que las piernas le temblaran y casi regala el partido, pero supo rehacerse a tiempo para ganar el último set.
Casper Ruud vencía por 6-4, 1-6 y 6-4, en 2 horas y 17 minutos, y tras un partido que dominó por fases y se vio perdido en otras. El noruego fue claramente mejor en el arranque de partido y supo sacar adelante un set ante Djokovic después de haber perdido los once que había disputado hasta entonces.
El serbio, que parecía 'dormido', reaccionó en el tramo final del primer set, aunque no le valió para igualarlo. Aunque sí para mantener la inercia en el segundo y llevárselo con mucha claridad tras aprovechar un despiste de su rival en el arranque del mismo.
La tercera manga empezó como la primera, con un Casper Ruud más enchufado, que quebraba el servicio del serbio y se ponía rápidamente 4-1 arriba. Sin embargo, ahí apareció el 'miedo escénico' que se le suele llegar en estos partidos y cedió los tres siguientes juegos. Con 4-4, pocos apostaban por él viendo los precedentes, pero esta vez supo aguantar Ruud para llevarse el partido al resto.