“Fui muy emocional, les pido disculpas, sobre todo a los niños, he roto dos raquetas, a veces hay demasiada tensión”, indicaba Novak Djokovic a la concusión de su duelo del domingo ante Holger Rune, en la primera jornada de las ATP Finals 2023. El tenista serbio había perdido los papeles en pista, como otras veces se le han visto, y la había tomado con sus raquetas. Aunque, como suele ser habitual en él, eso no le afecto y sirvió para enderezar un partido que acabó ganando.
"No animaría a nadie a hacerlo y no me siento satisfecho conmigo mismo. La realidad es que lo hice y tengo que asumir mis responsabilidades. Lo había hecho en el pasado y quizás me ayudó a sentirme más liberado, pero hay formas más inteligentes de dejar la frustración a un lado", añadiría el número uno del tenis mundial.
Ante el local Jannik Sinner no fueron las raquetas, pero sí se encaró con el público, otro habitual en él, y más cuando lo tiene en contra. Tras ganar el segundo set en el 'tie break' e igualar el partido ante el italiano mandó un mensaje a los aficionados transalpinos, volcados totalmente con su joven ídolo.
Esta vez no le sirvió, porque Sinner acabó aprovechando el mayor desgaste del serbio -jugó un partido larguísimo ante Rune- y le superó en la tercera manga, aunque para ello tuvo que llegar de nuevo al 'tie break'. Allí se le vio más fresco que a su rival, al que superó por 7-5 y 6-7 (5) y 7-6 (2) tras más de tres horas de intensa batalla.
Con ello se rompía una racha de cuatro meses sin perder de Novak Djokovic, que no caía derrotado desde que Carlos Alcaraz le venciera en la final de Wimbledon, a mediados del mes de julio. El tenista serbio había encadenado 19 victorias hasta la fecha y, entre otros, los títulos en el US Open y en los Masters 1.000 de Cincinnati y París-Bercy.
Ése era uno de los retos que se había marcado en este torneo: acabar de nuevo invicto y revalidar el título que logró el pasado año tras ganar los cinco partidos en la Copa de Maestros. Sí ha logrado el de sumar los puntos necesarios para finalizar el año como número uno del mundo, ya que lo hizo tras superar a Rune y la ATP ya le entregó el trofeo, por este motivo, el mismo lunes. Y, con ello, también se asegura alcanzar las 400 semanas como líder del ránking mundial.
Entre los retos que le quedan aún por superar y que, pese a la derrota, podría lograr está el de sumar su 7ª Copa de Maestros y desempatar las seis que comparte con Roger Federer en la cima. Y de paso, alcanzar su título 98 y situarse muy cerca de esa cifra de 100 que sólo han superado el propio Federer (103) y Jimmy Connors (109).
Para ello, tendrá que ganar el jueves al polaco Hubert Hurkacz, sustituto de Tsitsipas en el Pala Alpitour de Turín, y esperar a ver el resultado del duelo entre Rune y Sinner, aunque todo hace indicar que, en un triple empate, el serbio tendría ventaja.