Novak Djokovic trató de acabar en Shanghai con las dudas que le habían señalado en las últimas semanas sobre una cercana retirada, al menos de forma parcial, cuando afirmó que los Masters 1.000 o las ATP Finals ya no eran importantes para él y que, de no haber sacado un resultado importante en este Masters 1.000, posiblemente habría dado la temporada por terminada.
En Shanghai logró un puntaje que, pese al regreso de De Miñaur esta semana en Amberes o a que aún quedan en juego, entre otros, una semana con varios ATP 500 y un Masters 1.000, ya tiene muy cercana la clasificación para esa Masters Cup de Turín.
Por si había alguna duda de que sí que estaba interesando en competir en el ATP Finals, su nombre aparecía inscrito en el Master 1.000 de París desde el principio del torneo celebrado en China. "Jamás dejaré de venerar este deporte. Sigo sintiendo muchas emociones en pista, no solo en competición, sino también en los entrenamientos. Por mucho que a veces no salgan las cosas, mi relación con el tenis es profunda, me enamoré de este deporte cuando era niño y lo sigo amando. Incluso cuando me retire, seguiré involucrado en el tenis", indicó un Djokovic que, tras perder con Sinner y confirmar que, aparte del oro en París 2024, no ha ganado ningún título esta temporada, advirtió que la temporada había sido buena porque había conseguido su principal objetivo.
"Estoy contento con mi medalla de oro en los Juegos Olímpicos, ése era mi principal objetivo para este año. Y, por supuesto, me hubiera gustado conseguir al menos un título de Grand Slam o ganar un gran título, pero está bien, ya sabes... es lo que es. Es el tipo de temporada que tienes que aceptar, abrazar, y estoy más que contento con lo que he conseguido a lo largo de mi carrera. Así que ya veré lo que me deparan los próximos retos" indicaba.
No lo tienen tan claro otros. Y ya lo decía hace unos días el exnúmero uno Mats Wilander sobre lo que podía pasar cuando, como este domingo, las derrotas de Djokovic ante los jóvenes de la nueva generación se conviertan en algo habitual. "En algún momento, cuando empiece a perder contra tipos que son uno, dos o tres en el mundo, pero también contra tipos que son de 10 a 20 en el mundo, su confianza podría verse afectada, y la confianza de los otros tipos va a crecer", advierte el extenista sueco, quien cree que ahí sí podría estar la sombra de la retirada del serbio. Y es algo que ya está ocurriendo.
"Para él, tener el empuje de seguir saliendo ahí fuera, intentando ganar partidos, por supuesto, en los grandes torneos, pero incluso en los pequeños, y jugar la Copa Davis es absolutamente increíble. Es impresionante que, físicamente, quiera esforzarse", advierte Wilander, aunque no ve tan claro que pueda hacer algo importante si sólo se centra en jugar los Grand Slam. "¿Puede hacerlo bien en los Grand Slams sin jugar tantos torneos? ¿Puede hacerlo bien en los Grand Slams si va a Shanghai con la sensación de que esto no es importante?", indica.
La motivación de Djokovic, ya sin Rafa Nadal en la lucha, pasa por ganar su 25 Grand Slam y superar también a Margaret Court. De ver que no puede se podría frustrar. Los Juegos Olímpicos le demostraron que aún está para ganar a alguno de esos jóvenes, pero el resto del año han sido frustraciones. Perdió con Sinner en Melbourne y Shanghai, con Alcaraz en Wimbledon, se tuvo que retirar lesionado en Roland Garros o perder con Popyrin en el US Open. Otro año o un inicio de 2025 parecido podría ser su final según lo ve el actual comentarista de Eurosport.