Algo muy común en el deporte son las inconformidades de los jugadores con las decisiones de los árbitros. Sin embargo, aquella derrota de Serena Williams en cuartos de final del US Open 2004 por las erróneas decisiones del árbitro marcó un antes y un después en la historia del tenis. Así surgió el Hawk-Eye, también conocido como "Ojo de Halcón", un sistema tecnológico con el mismo objetivo que el VAR en el fútbol. En este caso, se utiliza para observar con exactitud el bote de una bola y determinar si lo que discute el jugador es correcto o no.
Al año siguiente de la desagradable derrota de Williams del Abierto de Estados Unidos contra Jennifer Capriati, la Federación Internacional de Tenis (ITF) decidió implantar el sistema Hawk-Eye. Las decisiones que en ocasiones toman los jueces de línea las terminan pagando los propios jugadores. Por este motivo, el Ojo de Halcón fue incorporado a los torneos del circuito profesional de tenis para evitar polémicas y poder tomar las decisiones más justas y acertadas ante cualquier bola dudosa.
Esta tecnología es de origen británico. Pues sus primeros comienzos fueron en el criquet y el billar inglés. El ojo de halcón comprueba la trayectoria y la velocidad de la pelota de tenis. El programa crea la imagen y esta es transmitida a la televisión para que pueda ser apreciada tanto por jueces como por los espectadores. El margen de error es solo de 2 a 3 milímetros, por lo que tiene pocas probabilidades de fallar y perjudicar al jugador.
El Ojo de Halcón necesita 10 cámaras correctamente situadas en la pista para su buen funcionamiento. Sin embargo, sabe recordar que, debido a los diferentes tipos de pista de tenis que existen, el Hawk-Eye no se utiliza en las de tierra batida. En estas pistas, los botes de la pelota quedan claramente reflejados en el suelo y los árbitros prefieren comprobarlos en persona y de cerca en caso de alguna duda.
En 2017 apareció una tecnología similar a la del Ojo de Halcón, el conocido Foxtenn. Este sistema fue inventado por el español Javier Simón y, seguidamente, aceptado por la ITF, la ATP, la WTA y los torneos de Grand Slam.
En 2024, más de medio centenar de torneos utilizan la tecnología de Foxtenn, un sistema de más de 40 cámaras de ultra velocidad y que cuenta con un sistema de láseres que escanean el suelo para capturar de la forma más realista el movimiento. Estas cámaras captan 3.000 imágenes por segundo sincronizadas con 10 láseres de alta velocidad. Según los creadores de Foxtenn, no hay margen de error.
Las ventajas de esta nueva tecnología frente al Ojo de Halcón se sostiene en la realidad de imagen con la que trabaja el Foxtenn sin margen de error, frente a la simulación virtual del bote del Hawk-Eye y su margen de error de 2 a 3 milímetros. Asimismo, el ojo humano detecta hasta 30 imágenes por segundo, mientras que el sistema de Javier Simón capta 150.000 imágenes de un mismo bote.
La ITF ha regulado su utilización pero, para que no se produzcan problemas en un futuro, la revisión electrónica de estos tiene ciertos límites y requisitos: