Se repite, seis meses después, la misma historia cansina que contaban a diario los tabloides británicos en el pasado mercado estival de fichajes a cuenta del interés del
Chelsea FC en un Jules Koundé con el que llegó a un acuerdo económico y al que en la Premier League daban ya por fichado por los 'Blues'. Ahora,
la segunda entrega está ambientada en Newcastle, impulsada por los multimillonarios nuevos dueños de las 'Urracas' y con otro central nervionenses,
Diego Carlos Santos, en el carro de la compra.
Como en verano, desde el seno del Sevilla FC transmiten tranquilidad a pesar de lo alarmante que sería quedarse a mitad de curso sin el central brasileño en plena lucha por dar la campanada en LaLiga y persiguiendo el sueño de la séptima Europa League tras las decepciones en Champions y en la Copa del Rey. No hace ni tres semanas que
Monchi, director deportivo de la entidad de Eduardo Dato,
dio por renovado al ganador del oro olímpico y el propio zaguero lo confirmó días después.
Sin embargo, la
portentosa irrupción en escena del Newcastle amenaza con cambiarlo todo. Este pasado martes,
Sky Sports informaba de que el cuadro inglés había alcanzado un acuerdo con Diego Carlos para firmar cinco temporadas con una suculenta ficha y que el futbolista ya ha
expresado de manera formal al Sevilla FC su deseo de salir en esta ventana de transferencias de enero y habría pedido que acepten la segunda oferta que los británicos tienen en mente presentar esta misma semana con el pensamiento de que sea la definitiva.
Las cifras que se habían manejado hasta ahora y que hablaban de que el Newcastle había puesto sobre la mesa en torno a
35 millones de euros ni siquiera fue tenida en cuenta por el Sevilla FC. Ahora, las insistentes informaciones provenientes de la siempre rimbombante prensa británica aseguran que
esta segunda intentona sí se acercará más a las exigencias en el Sánchez-Pizjuán: en torno a los 60 kilos, con un fijo de 50 millones de euros y otros 10 millones más en función de una serie de objetivos variables.
Esa oferta, de la que aún no tienen constancia en Nervión, se acercaría mucho a la actual
cláusula de rescisión del central, que ronda los 75 millones. No obstante, Monchi lleva trabajando en la renovación de Diego Carlos más de un año. Ya el pasado verano se daba por hecho el acuerdo, con él y con Lucas Ocampos, que tienen contratos muy parecidos, con vinculación hasta 2024.
La idea del preacuerdo anunciado por ambos consiste en mejorarles el salario, ampliar su estancia hasta 2025 y subir su precio de salida (hasta los 80-85 millones).
El
déficit de 41 millones de euros declarado en las cuentas aprobadas en la Junta de Accionistas del pasado mes de diciembre, unido a los
efectos de caer eliminado en la Fase de Grupos de la Champions hace intuir que el Sevilla FC está
obligado a realizar en este 2022 una de esas grandes ventas que lleva dos años evitando. El problema es que no desearía hacerlo ahora en enero y va a hacer todo lo posible por retrasarla hasta verano. Eso sí, en el próximo mercado estival podría quedarse también sin Koundé.
La polvareda levantada por la solvencia económica del Newcastle y su presunto acuerdo con Diego Carlos han generado
informaciones en cadena sobre posibles candidatos a suplirle. El brasileño y su compañero en el eje de la zaga llegaron desde la Ligue 1, caladero fetiche de Monchi, y en Francia se preparan ya para las próximas operaciones del director deportivo blanquirrojo. El presidente del Lille ha cerrado las puertas a una salida en enero de Sven
Botman, que gusta muchísimo al de San Fernando, por lo que la prensa gala ha puesto el foco en otro central que lleva tiempo en la agenda sevillista:
Djiku, del Racing de Estrasburgo.