Si por algo se ha caracterizado el
Cholo Simeone y su
Atlético de Madrid, más allá del ya repetido hasta la saciedad "partido a partido", es por saber
desarmar a sus rivales directos en la competición. Y no precisamente por su característico estilo de juego sobre el verde, aguerrido y más propio de otras plantillas de menor nivel, sino por su habilidad en los despachos para llevarse, a base de talonario (todo sea dicho), a los mejores activos de sus contrarios.
En el
Sánchez-Pizjuán, sin ir más lejos, saben muy bien de qué se trata. En los últimos años, de hecho, han volado de Nervión con dirección al Vicente Calderón, primero, y al Wanda Metropolitano, después, futbolistas como
Kévin Gameiro o
Vitolo, quien, incluso, amagó con renovar y acabó saliendo por la puerta de atrás, literalmente, del Hotel Los Lebreros con destino a la capital de España, vía charter, donde lo esperaban
Enrique Cerezo y Simeone para firmar su contrato como colchonero, mientras que el presidente del Sevilla FC,
José Castro, ya lo daba por renovado.
Historias, en cualquier caso, que podrían volver a repetirse ahora, siendo vinculado, también, el brasileño
Diego Carlos con los rojiblancos. No sería el único frente, sin embargo, en el que se cruzarían este verano atléticos y sevillistas, a quienes desde Italia vuelven a relacionar en unos intereses cruzados por
Milik (Nápoles) y el colombiano
Alfredo Morelos, delantero del
Rangers que ya encartaron el pasado mercado invernal como posible refuerzo sevillista para su delantera, llegando finalmente
En-Nesyri.
Ambos, en este caso, serían alternativas de Simeone para
Cavani, cuyas exigencias ya impidieron que arribara el pasado enero. En cualquier caso, las cifras que se barajan desde
Italia por ambos delanteros (al menos antes del Covid-19) difícilmente puede acercarlos al Sánchez-Pizjuán:
50 millones por Milik y 40 por Morelos. Para el Cholo, seguramente, no será tanto impedimento lo económico.