Mucho se está hablando en
Nervión sobre la delantera y cómo el equipo se resiente en el gol cuando
André Silva y
Wissam Ben Yedder no están sobre el campo, como se ha demostrado en estas últimas semanas, en las que el Sevilla, con
Promes y
Muriel,
no vio portería frente al
Villanovense, en
Copa, y la
Real Sociedad, en
LaLiga, pasando apuros en la
Europa League ante el
Akhisar, al que ganó por 2-3 gracias a un gol en el epílogo de Banega; algo parecido a lo que ocurrió días después en el
Sánchez-Pizjuán, ante el
Espanyol, cuando Ben Yedder, que suplió a Promes, firmó la remontada sobra la bocina anotando el 2-1 definitivo.
Y es que
nueve partidos ha tardado
Quincy Promes en rematar
a puerta en
LaLiga (es el jugador del campeonato que más ha tardado en hacerlo), estrellando un balón en el larguero en un cabezazo en el área ante Diego López.
Los números hablan por sí solos y al internacional holandés
le está costando la adaptación más de lo que él mismo esperaba, amén de un puesto, el de delantero en el dibujo de Machín, que no se asemeja del todo a su fútbol, sintiéndose más cómodo pegado a banda y con metros por delante para poner en práctica su zancada.
Pese a ello, el ex del Spartak trabaja duro y se
rehace en Europa, donde ha contado con más continuidad y oportunidades de cara a puerta. De hecho, es el
séptimo futbolista de la competición que más le pega entre los tres palos, con una media de casi tres tiros por partido y habiendo anotado un gol (ninguno en LaLiga). El camino, lógicamente, es darle continuidad a esos registros en el resto de competiciones.