Cuando se da el raro caso de la existencia de un consenso entre todos los estamentos y la opinión del propio club coincide con la que tiene un amplio sector de la afición y la práctica totalidad de los medios de comunicación, como sucede con la celebrada
renovación de Unai Emery con el Sevilla hasta 2017, poco más cabe añadir al respecto.
Resulta prácticamente imposible encontrar una sola voz discordante con la continuidad del técnico de Hondarribia al frente del banquillo nervionense, como
difícil es también
encontrar retos que no haya pulverizado ya el entrenador con el que la entidad blanquirroja viene de vivir la mejor temporada de su historia en Liga -superando en cinco puntos el listón de 71 unidades que estableció en la 2006/2007 la plantilla comandada por Juande Ramos-, de conquistar su segunda Europa League consecutiva -lo que le ha convertido en el club más laureado de la segunda mayor competición continental de clubes- y de obtener un pasaporte directo para la Fase de Grupos de la Champions League -un logro con el que en Eduardo Dato llevaban cinco años soñando-.
A pesar de todos estos logros de la temporada recién concluida, de haber establecido el mejor arranque de la historia sevillista y de pasar a los anales como el técnico del Sevilla más goleador,
en el horizonte de Emery siguen vislumbrándose ilusionantes estímulos para la que será su cuarta campaña; su versión 4.0. En este sentido, en la 2015/2016 sus pupilos y él buscarán la estabilidad del Sevilla en la elite continental, tratando de repetir clasificación para la Champions y realizar un buen papel en la edición del próximo curso, superando el techo del equipo y el suyo propio en la competición.
Éste será sin duda el principal reto que afrontará Emery a partir del próximo agosto, en cuyo debe está también mejorar la imagen en la Copa del Rey -título que el Sevilla ha ganado dos veces en la última década-.
En Champions, superar la barrera de octavosUnai Emery ha disputado tres veces la Champions, siendo los octavos de final su techo. A esta ronda llegó con el Valencia en la 10/11, cuando fue eliminado por el Schalke (1-1 en Mestalla y 3-1 en Gelsenkirchen).
En sus otras dos participaciones, el vasco no logró pasar de la Fase de Grupos, con el conjunto che en la 11/12 -quedó tercero y fue a la Europa League- y con el Spartak de Moscú en la 12/13, cuando fue eliminado tras perder cinco de los seis encuentros.
Se da la circunstancia de que en esa misma barrera, la de octavos, es donde se ha frenado el Sevilla en sus dos participaciones en la máxima competición continental (en la antigua Copa de Europa alcanzó los cuartos en la 57/58). En la 07/08, los pupilos de Manolo Jiménez cayeron en la tanda de penaltis ante el Fenerbahçe; mientras que en la 09/10 fue el CSKA el que eliminó a los de Nervión. Por lo tanto, superar los octavos es uno de sus retos.
Pelear por un títuloEl Sevilla volverá a optar a ganar un título, el de la Supercopa de Europa, el próximo 11 de agosto, que sería el tercero de Unai como sevillista. No obstante, entre los objetivos del club volverá a estar el de pelear por algún título y, en este sentido, la Copa se antoja el más ´factible´. El ´Torneo del K.O.´ es precisamente el mayor lunar del vasco en los dos años y medio que lleva en el Sánchez Pizjuán. En la 12/13 superó los cuartos (hasta ahí llegó Míchel) y cayó en las semifinales ante el Atlético de Madrid (2-1 y 2-2).
En la 13/14 cayó en dieciseisavos ante un Racing de Segunda B (0-1 y 0-2 en casa) y el pasado curso fue eliminado en los cuartos por el Espanyol (3-1 en Cornellá y 1-0 en Nervión).
Hacer historia en NerviónUnai Emery suma 35 partidos en Europa con el Sevilla, sólo dos menos que Juande Ramos; el líder con 37. Esto quiere decir que, cuando dispute la final de Tbilisi el 11-A, le valdrá con llegar a la jornada 2 de la Champions para batir al manchego.
Además, si cumple el contrato que acaba de firmar y sigue al frente del Sevilla hasta el término de la 2016/2017, se convertirá también en el técnico con más partidos oficiales en la historia nervionense.
A día de hoy, ha dirigido a los de Eduardo Dato en un total de 142 encuentros, dejando atrás los 133 de Juande Ramos y los 136 de Jiménez, y ya sólo tiene por delante a tres mitos del sevillismo como son Ramón Encinas, con 179 encuentros; Manolo Cardo, quien sumó 188 partidos entre 1981y 1986 y que es el que más ha dirigido al Sevilla en Primera división (con 156, por 96 de Emery, que es el octavo), y Joaquín Caparrós, que se quedó en 226 encuentros entre 2000 y 2005.