El Sevilla arrancó el mes de julio con fuerza. La semana pasada, las caras nuevas cayeron en cascada, una detrás de otra y con un ritmo frenético. En la madrugada del lunes aterrizó en el aeropuerto de San Pablo
Luuk de Jong; al filo de la medianoche del lunes lo hizo
Jules Koundé; el martes por la tarde llegó
Lucas Ocampos y
Sergio Reguilón arribó a la estación de trenes de Santa Justa en la mañana del viernes; sólo unas horas antes de que
Dabbur y
De Jong fueran presentados de una tacada, como el jueves
Joan Jordán y
Diego Carlos.
Esta semana, por lo tanto, a
Monchi le toca abrir la otra puerta, la de salida. Acelerar las gestiones para buscar un destino a jugadores que no cuentan para Julen Lopetegui, unas gestiones que en el club pretenden que se demoren lo mínimo posible.
Tanto es así, que la idea del club es que todos los que no entren en los planes del técnico no viajen al segundo ‘stage’ de la pretemporada, que tendrá lugar la próxima semana en Estados Unidos. Para ello, apremian a los ‘señalados’, toda vez que la gran mayoría ya conocen los planes del Sevilla con ellos.
Hay casos muy claros, como los de
Sebastian Corchia, que admitió que le habían comunicado que debía buscar equipo (maneja ofertas de la Ligue 1), o el de
Nolito, que continúa a la espera a que el Celta libere masa salarial para volver a Vigo.
Simon Kjaer,
Sergi Gómez y
Joris Gnagnon, afectados por el ‘overbooking’ de centrales son otros por los que se esperan ofertas. También
Aleix Vidal,
Guilherme Arana y canteranos como
Carlos Fernández y
Alejandro Pozo.
En el grupo de transferibles entran también
Sergio Rico,
Ibrahim Amadou o
Roque Mesa. No obstante, o cambian mucho las cosas en un tiempo récord o, a priori, se prevé difícil que salgan antes de ir a América.